Lo que enseña la izquierda chilena, en el gobierno en la actualidad con Gabriel Boric, es que se puede acceder al poder y no desarrollar ventosas en los glúteos para aferrarse a los puestos, que se puede ganar, perder y volver a ganar sin que se acabe el mundo.
Ahí están los gobiernos de Ricardo Lagos, de izquierda, que pasó el mando a Michelle Bachelet, de la misma orientación, quien tras dos períodos consecutivos de cuatro años entregó el mando a Sebastián Piñera, un hombre de la derecha, sin que sometieran a Chile y al continente a una pesadilla.
La llamada
Ahora ha vuelto a ganar la derecha, nada menos que con un simpatizante de Pichochet, y el mismo día del certamen hemos visto el reconocimiento de su victoria por su contrincante y la llamada del presidente Boric.