Latinobarómetro y paradoja sociopolítica dominicana

Latinobarómetro y paradoja sociopolítica dominicana

Latinobarómetro y paradoja sociopolítica dominicana

Julio César Mejía Santana.

Por: Julio César Mejía Santana*

* Demógrafo, Ph.D

Director Ejecutivo del Instituto de Estudios Interdisciplinarios y Estadísticas para el Desarrollo (IDEE)

Residente en el D.N.

 

El pasado fin de semana, la Corporación Latinobarómetro, una ONG sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile, puso en circulación su informe correspondiente a este año 2017, un estudio anual sobre democracia, cultura política y otros temas sociales, basado en una encuesta internacional con muestras nacionales representativas a nivel nacional de 18 países de la región.

En la versión de este año  de dicha encuesta se aplicaron en total 20,200 entrevistas cara a cara entre el 22 de junio y el 28 de agosto 2017, con muestras representativas del 100% de la población nacional de cada país de tamaño entre 1.000 y 1.200 casos, con un margen de error de alrededor del 3% (mil casos, con un error de muestreo de 3.1 en RD).

En la encuesta se recopilan datos sobre opiniones y percepciones de los ciudadanos sobre temas diversos como la democracia, el sistema de partidos, el gobierno, las elecciones nacionales, la corrupción, los conflictos sociales y la violencia, la situación económica y social, entre otros.

Respecto de los resultados para RD del Latinobarómetro (LB) de este año 2017, se observa que los mismos ratifican un desconcertante hallazgo de las versiones anteriores de este estudio y de otras encuestas nacionales de opinión y cultura política dominicana: el contraste entre las opiniones que mayoritariamente tienen los dominicanos sobre la democracia, el sistema de partidos, el gobierno, la corrupción, la violencia y otros temas, y sus percepciones sobre su situación económica personal y familiar y de la del país.

Sin embargo, una mirada más atenta a los datos del LB nos revela algunas señales sobre el por qué de esta aparente inconsistencia o contradicción. Veamos  algunos de esos contrastes y pistas:

República Dominicana ocupa el segundo lugar respecto a la apreciación de sus ciudadanos de que “no les alcanza los ingresos para satisfacer sus necesidades” (60%).

República Dominicana también se sitúa en el segundo lugar en relación al porcentaje de entrevistados que declara que “algunas veces o con frecuencia no tiene suficiente comida para alimentarse” (52%).

En estos dos indicadores sólo estamos mejor que Venezuela, que obviamente ocupa el primer lugar.

Es también RD el sexto país en el que un mayor  porcentaje de entrevistados percibe que la situación del país es mala (45%), y el cuarto país que en mayor  proporción opinan que “el país está gobernado por unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio (87%)”.

RD ocupa el séptimo lugar en cuanto a la percepción que tienen los ciudadanos entrevistados de que el conflicto entre ricos y pobres es “muy fuerte” o “fuerte” (78%).

No obstante estas percepciones y apreciaciones existenciales predominantes, una mayoría significativa de esos mismos ciudadanos dominicanos entrevistados posicionan a RD como un país que contrasta con aquel en que viven y sufren sus precariedades económicas y cuya economía entienden anda muy mal.

Esa otra RD que aprecian esos dominicanos ocupa los siguientes lugares en el ranking de LB sobre apoyo a la democracia, el gobierno, los partidos políticos y el Congreso Nacional en la región:

  • El cuarto lugar en cuanto a la apreciación de que “el país está progresando” (33%);
  • el octavo en satisfacción con la democracia (32%);
  • El sexto en confianza en los partidos políticos (15%);
  • el octavo en confianza en el gobierno (28%);
  • El octavo lugar en confianza en el Congreso Nacional (23%).
  • 9no. lugar en apoyo a la democracia (54%)

Con respecto al tema de la corrupción, los dominicanos ocupamos:

  • El 4to. lugar en cuanto a percibir la corrupción como el problema más importante del país (15%).
  •  El 7mo. lugar en la opinión de que la lucha del Gobierno contra la corrupción va muy mal o mal (57%).
  • La 4ta. posición en  aprobación del gobierno (52%), aunque con una caída de 24 puntos porcentuales (de 76% en 2016), la mayor en la región, junto al descalabro de Brasil (de 22% a 6%).

En contraste, los dominicanos  nos situamos en:

  • El 13avo. lugar (ante penúltimo) en el porcentaje de ciudadanos que sentirían personalmente  “obligados a denunciar un acto de corrupción, de presenciarlo (85%);
  • el 2do. lugar en la probabilidad de un policía sea sobornado;
  • el 3er. lugar en la probabilidad de sobornar a un juez;
  • el 3er. lugar en probabilidad de sobornar a un funcionario público.

Finalmente, subrayo tres resultados que, a mi juicio, arrojan luces sobre esta aparente paradoja:

Los dominicanos somos los que más recibimos en mayor proporción beneficios de ayuda social (29%).

Somos los dominicanos los que con mayor frecuencia presenciamos a candidatos electorales “repartiendo regalos o favores en la última campaña electoral” (52%).

Somos los dominicanos los que menos confianza tenemos en el tribunal electoral (penúltimo lugar).

 

 



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