El presidente Danilo Medina no bien se había estrenado en el puesto cuando implementó un entonces novedoso proyecto de “micro gerencia” gubernamental que adquirió el nombre de “visitas sorpresa”.
Más allá de las discusiones políticas, este programa permitió a numerosas comunidades tener acceso al Presidente de la República y externar necesidades puntuales para impulsar proyectos de desarrollo que por no ser de alta exposición pública pasaban desapercibidos.
Al acercarse el término del mandato del presidente Danilo Medina, vale la pena destacar la efectividad de estos programas que además de asistencia ponían al Primer Ejecutivo de la nación en contacto con la realidad de comunidades pequeñas.
Las visitas sorpresa apostaron mucho a los proyectos colectivos, la mayoría de ellos con ciertos rasgos de cooperativismos, lo que permitía un empoderamiento comunitario encomiable.
Quizás la actual crisis generada por la pandemia impida que se muestren en toda su magnitud los alcances de las visitas sorpresa, pero su concepto de cercanía y de microgerencia es digna de estudiar con miras al futuro.
Las visitas sorpresa parece que terminaron el domingo, pero lograron convertirse en un buen signo distintivo del presidente Danilo Medina.