Las supermodelos dominicanas que causan furor en la industria global de la moda no siempre fueron mujeres exitosas.
Muchas empezaron siendo pobres, ignoradas y, a los ojos de muchos de sus conciudadanos, incluso feas, por cuenta de lo que ellas mismas describen como el racismo imperante en su país.
Una situación que contrasta marcadamente con el espectacular reconocimientoque están recibiendo a nivel internacional.
La revista Vogue, el oráculo de la moda, sentenció en octubre pasado que las dominicanas, muchas de ellas negras, han reemplazado a las rubias brasileñas y rusas como «las modelos de las que todo el mundo está hablando».
Lineisy Montero, Ysaunny Brito están entre las dominicanas que dominan las pasarelas europeas.
Sus rostros aparecen en las carátulas de las principales revistas de la industria y son la imagen de las campañas publicitarias más sofisticadas.
Una situación que pocas de ellas se habrían podido imaginar hace apenas unos meses.
Ascenso meteórico
Lineisy Montero, la modelo número uno en el mundo en la presente temporada, apenas llegó a las pasarelas internacionales en 2015.
Ella y su colega supermodelo Ysaunny Brito son negras.
«Yo sufrí de racismo en mi propio país», le dice a BBC Mundo Ysaunny Brito.
«Un país de negros no puede ser racista», se queja Brito.
¿No apreciaban sus compatriotas su belleza? «No. Vinieron a apreciarla luego de que alguien afuera lo hizo. De verdad les abrió los ojos que no hay que ser blanca para ser bella«, le asegura a BBC Mundo.
Una industria cambiante
Por supuesto, el racismo en la moda no se limita a Republica Dominicana.
La inmensa mayoría de las modelos internacionales son blancas, y la llegada de estas caribeñas al pináculo de la fama es parte de una revolución de imagen en esa exclusiva industria.
Janelle Okwodu, la periodista de Vogue que escribió un artículo que subraya los recientes éxitos de las dominicanas, no se sorprende con que estén de moda.
«Las modelos dominicanas siempre han sido parte de la conversación», le dice a BBC Mundo. «En el pasado tenían chicas excelentes como Arlenis Sosa, Rose Cordero y Omahyra Mota. Ahora tienen a Lineisy Montero y a Ysaunny Brito, que son increíbles».
Y llegaron en el momento indicado, dice la comentarista.
«Estas chicas han llegado al reflector en un momento en que los directores de casting y diseñadores están a la búsqueda de belleza moderna, multicultural».
«La nueva generación de modelos de la República Dominicana representa eso, pero también es que son simplemente muy buenas modelos, que hacen que la ropa luzca muy bien», le puntualiza Janelle Okwodu a BBC Mundo.
El descubridor
En muchos casos, el camino de estas modelos desde el anonimato a la fama ha pasado por la empresa de un descubridor de talentos en Santo Domingo, Sandro Guzmán.
Su agencia, Ossygeno Models Management, las encontró caminando en la calle o en eventos nacionales de modelaje organizados por Guzmán.
«Hemos conseguido más de 60 contratos internacionales, incluyendo tres entre las 50 más cotizadas del mundo», le dice a BBC Mundo.
Reconoce que su trabajo de abrirles paso en la industria se ha hecho más expedito a medida que crece su fama.
«Al principio era súper difícil . Ahora es mucho más fácil por el éxito de las dominicanas. Lineisi Montero, por ejemplo, tuvo 67 desfiles esta temporada, más que ninguna otra modelo. Nunca una mujer negra y menos latina había ocupado la posición número uno en la cantidad de desfiles. Tiene la campaña de Chanel, Givenchy y Prada».
Guzmán piensa que, en parte, el éxito de sus compatriotas se debe a la diversidad étnica del país, que hace posible que cubran muchos estándares distintos de belleza.
Lo mismo opina Carlos Lamarche, comentarista dominicano de la moda, radicado en Nueva York.
«Es la mezcla étnica de africanos, tainos, y europeos. La imagen de la modelo dominicana no te remite a un solo lugar. Tenemos modelos que parecen de Etiopía, o podrían ser de India», le dice a BBC Mundo.
Pero Lamarche asegura que hay tambien factores prácticos.
«La República Dominicana está cerca a Nueva York, es más fácil que una chica venga acá, no es lo mismo para una aspirante a modelo de Brasil o de Rusia. Muchas tienen casas de familia o amigas en donde pueden quedarse mientras buscan el éxito».
La carrera, advierte Lamarche, es muy difícil.
Las modelos llegan con un contrato pero sin garantía alguna de ingresos. Tienen dificultad para conseguir visas y luego para subsistir mientras buscan su momento de estrellato.
«Son jóvenes, pero como muchas de ellas necesitan sacar a sus familias de la pobreza, se esfuerzan. Se dejan guiar, tienen disciplina», asegura Lamarche, quien en este momento trabaja en la realización de un documental, «Dominicanas», sobre la historia de estas modelos.
El sueño
¿Pero cuántas modelos dominicanas alcanzan su sueño profesional en el exterior?
«A niveles de superestrellas hay unas 12. En cuanto a modelos firmadas por agencias en Nueva York, París, Milán o Londres, debe haber unas 300, incluyendo hombres», estima Lamarche.
Son pocas las personas escogidas, pero para ellas las oportunidades que se abren son enormes.
«En un 95% son chicas muy humildes. Con esto pueden viajar, cambiar el destino de sus familias», dice Sandro Guzmán.
Y por supuesto, está la contribución que hacen a cambiar algunos paradigmas racistas en su país y en el extranjero.
«En República Dominicana crecieron con el bullying de ser la más alta de su curso, que no tienen el cabello ‘bueno'», apunta Lamarche.
Sandro Guzmán está de acuerdo: «Estas mujeres en República Dominicana no son catalogadas bellas. Claro, una vez triunfan en el extranjero, son aceptadas».
Ahora han logrado llegar a la cumbre de su profesión. El consejo que le dan a las dominicanas que quieran emularlas, es de tener paciencia.
«Es un trayecto muy fuerte. Una disciplina muy fuerte. Hay que tener fe», le dice Ysaunny Brito a BBC Mundo.