Ha venido a ser que el título de reformista que se le dio a Joaquín Balaguer, a su partido y a sus administraciones desde 1966 a 1978 y 1986 a 1996, se queda chiquito ante la ola de reformas que impulsa el gobierno del presidente Luis Abinader en esta su segunda administración.
Y de acuerdo con el ministro de Administración Pública, Sigmund Freund, a esta ola de reformas que tiene bastante entretenidos a técnicos, especialistas y opinantes de todos los niveles, le seguirá otra de la que no dio detalles, pero afirmó que está en turno.
Dios los cría…
Y ellos se entienden. Sí, porque parece que los legisladores del Partido Revolucionario Moderno y la alta dirección de la organización política de gobierno tienen un acuerdo para tumbarle 10 diputados a la propuesta enviada por el presidente Abinader al Senado de la República, con lo que terminaría en 20 la reducción llevada a la reforma de la Carta.