Aunque los resultados de los primeros 50 juegos con las nuevas reglas alegran a la oficina del Comisionado de Grandes Ligas por lograr el objetivo de reducir la duración de los partidos, la realidad es que algunas de esas medidas desnaturalizan el béisbol.
No es propio de un juego de pelota, ver a un jugador poncharse sin hacerle swing al lanzamiento, porque se le agotó el tiempo fuera de la caja de bateo.
Esa situación sucedió varias veces, incluso vi a un bateador en conteo de 3-2 ser ponchado. Ustedes se imaginan que en un juego de playoffs, un equipo con la carrera de ganar en tercera y el bateador en conteo de 3-2 sea ponchado por esa causa. Eso generará muchas protestas entre los fanáticos.
Ciertamente, en las primeras cuatro fechas de la temporada, los juegos de béisbol se vieron más auténticos, con muchos indiscutibles que antes con los “shifts” defensivos eran out. Es evidente que por esa razón habrá mayor ofensiva y así lo reflejaron las primeras estadísticas. En 2023: .245/.323/.392 mejoró con relación a 2022 que fue de .230/.308/.374
En los primeros cuatro días de la temporada el tiempo promedio de los partidos se redujo 30 minutos. El tiempo de juego promedio fue de dos horas y 38 minutos con el nuevo reloj de lanzamiento, igualando los tiempos que se registraron en las temporadas de 1980 y 1981.
En el 2022, la duración fue de 3:03. La frecuencia y el éxito de los robos de bases se elevó. En 2023 se estafaron 70 de 84 (83.3 %), mientras que 2022 fue 29 de 43 (67.4 %). Definitivamente, los cambios ayudarán en la agilización de los juegos.