Dependiendo de la causa de la patología , el tratamiento puede ser con medicamentos (analgésicos, hormonas o antibióticos); o cirugía.
Una de las patologías más frecuentes entre las mujeres es el dolor pélvico crónico, en especial en edad fértil, la cual puede causar incapacidad.
Además, representa una problemática en la consulta ginecológica, tanto para diagnosticar la causa como para dar el tratamiento adecuado.
Se denomina dolor pélvico crónico a la molestia o trastorno constante en el área situada por debajo del ombligo entre las caderas, y que dura seis meses o más.
Este puede tener varias causas, ya que puede ser síntoma de otra enfermedad o una afección en sí mismo.
“Actualmente, se piensa que puede afectar más de un 15 % de las mujeres y que de cada tres, al menos una experimentará este cuadro alguna vez en su vida”, según Mischelenin González Roque, ginecobstetra, especialista en laparoscopia de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat).
La galena asegura que es probable que dicho dolor sea constante, que aparezca y desaparezca. También puede ser en un solo punto de la pelvis y ser severo o en toda la pelvis y ser leve.
“El dolor pélvico crónico es una patología de alta prevalencia en mujeres, con una incidencia de un 33 por ciento, razón por la cual alrededor del 40 % de las laparoscopias ginecológicas son por dolor pélvico crónico”, destaca la especialista.
El diagnóstico
Pero antes de optar por este procedimiento, es necesario que la paciente acuda a la consulta ginecológica para determinar su historia de dolor pélvico crónico, lo cual se realiza a partir de un examen o evaluación minuciosa.
El médico se apoya de métodos diagnósticos, como laboratorios y de imágenes, con lo cual se decide si la paciente se puede beneficiar de una cirugía laparoscópica.
En la historia clínica, según González Roque, es necesario documentar las características del dolor, el tiempo que tiene padeciendo, la localización, si está asociado a los cambios del ciclo menstrual y ovulación; así como la historia de embarazo o parto, la micción, infecciones urinarias, sensación de calor o entumecimiento, náuseas, vómitos, y otras muchas más características, como también lo es el patrón intestinal.
Todo esto se determina para descartar procesos inflamatorios, embarazos, dismenorrea, dispareunia, afecciones del tracto urinario y del sistema digestivo.
El tratamiento
El objetivo del tratamiento es reducir el dolor y los síntomas para que la paciente pueda tener calidad de vida. “Si llega a diagnosticarse la causa, el tratamiento será enfocado en esa causa.
En caso de no ser identificada la causa, el tratamiento se basará en controlar el dolor y los síntomas”, comenta.
Dependiendo de la causa, el tratamiento puede ser con medicamentos (analgésicos, hormonas o antibióticos) o cirugía, siendo la laparoscopia la técnica quirúrgica a emplearse, como diagnóstico y tratamiento.
Dijo que las causas del dolor pélvico crónico se pueden dar por la endometriosis, una enfermedad progresiva que afecta del 5-10 % de las mujeres, o por enfermedad pélvica inflamatoria y por lo general esta es causada por una infección de transmisión sexual, por clamidia o neisseria gonorrhoeae.
Otras de las causas es por quistes ováricos. Adenomiosis, cuando se sospecha por las características microscópicas del útero.
Adherencias, uno de los hallazgos más frecuentes detectado al momento de realizar la cirugía laparoscópica, el síndrome de congestión pélvica, vinculado a la presencia de varices en la pelvis y dolor neuropático.
40% De las laparoscopias.
Ginecológicas que se realizan en el país son debido al dolor pélvico crónico.
Un método seguro y de mínima invasión
La especialista también manifestó que la cirugía laparoscópica es un método seguro para tratar la afección y de mínima invasión, que le permite a la paciente una recuperación más rápida que otros procedimientos invasivos.
Claro, esto va de la mano con la habilidad y la experiencia que tenga el cirujano de pelvis que es el ginecólogo.