Santo Domingo.-Las hijas que Dahiana Reinoso defendió al propinarle un golpe en la cabeza a uno de sus supuestos violadores, se encuentran actualmente viviendo separadas.

Pero las niñas, quienes ahora tienen edades de nueve y cinco años, aproximadamente, mantienen su conexión, a pesar de los cientos de kilómetros que las aleja.

Luego del incidente por el que Reinoso fue condenada a cinco años de prisión, la más grande se quedó viviendo con su padre en San Francisco de Macorís, mientras la más pequeña está bajo los cuidados de su abuela Altagracia Romano y su esposo Juan Díaz, en un sector de Santo Domingo.

Díaz manifestó que la niña, en ocasiones, tiene pesadillas y la escuchan decir entre llantos: “Déjame, no me ponga la mano”. Indicó que por los bajos recursos no han podido pagar un psicólogo para ella, pero que el abogado actual los va a ayudar para buscar un profesional.

Según familiares de Reinoso, ayer se encontraba evolucionando satisfactoriamente en el Instituto Nacional del Cáncer (Incart), con una disminución del sangrado, además le habían puesto dos pintas de sangre.