Se conoce como enfermedades inflamatorias intestinales (EII) al conjunto de afecciones crónicas del tracto gastrointestinal caracterizado por episodios de activación y brotes, que se alteran con periodos de remisión de la enfermedad.
Las EII están compuestas por colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn y un tercer grupo que es la colitis indeterminada, que es cuando no se sabe si el diagnóstico es una de las dos anteriores.
Estas se manifiestan con la aparición de síntomas intestinales como diarrea, heces con sangre y dolor abdominal.
Sócrates Bautista, coordinador del Centro Integral de Gastroenterología de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat) asegura que cuando se va a estudiar un paciente con sospechas de EII y se pretende hacer un diagnóstico, es importante realizar una buena historia clínica, la cual consiste en un interrogatorio para conocer los hábitos intestinales; si tiene diarrea, la cantidad de las deposiciones y frecuencia.
También si tiene sangre y la características de las mismas, si es abundante o escasa y el tiempo que tienen con las mismas.
Chequeo exhaustivo
El gastroenterólogo destaca que al paciente se le pregunta, además, si tiene urgencia defecatoria e incluso incontinencia y si se presenta de día o de noche; si se acompañan de dolor y la característica de este, si es de tipo sub-oclusivo, o sea, dolor cólico que mejora con la expulsión de gases y heces fecales, más acentuado en área del ombligo o en el centro del abdomen. Bautista señala que luego del interrogatorio, todas estas características van a hacer pensar en un sinnúmero de patologías, como es el caso del cáncer de colon, pero en personas jóvenes, ya sea adolescente o adultos jóvenes, hay que pensar en las EII.
A esto casi siempre se le suma la pérdida de peso, y en personas que presentan estos síntomas desde la niñez, muchas veces se manifiestan con pérdida de peso y talla. Son jóvenes que en ocasiones no se han desarrollado adecuadamente.
En el caso de las niñas, la menarquia o primera menstruación le llega tarde; en los varones el desarrollo de sus genitales y los cambios propios de la adolescencia tardan en llegar.
Sobre el examen físico, Bautista señala que este es un poco más complejo y que se puede pensar en esta patología cuando el paciente presenta signos de desnutrición, fragilidad en el cabello, el cual se torna muy fino y con gran facilidad puede desprenderse.
Asimismo, la piel se torna seca y áspera y al nivel del abdomen, dependiendo de la patología, ya sea Crohn o colitis, se presentará, en el caso de la primera, dolor, sobre todo en el cuadrante inferior derecho y en ocasiones sensación de masa abdominal dolorosa a la palpación, y cuando el mismo tiene componente perineal, se suelen encontrar en esta área fisuras y salida de agujeros fistulosos y abscesos que se manifiestan como zonas dolorosa y eritematosa.
Diagnóstico
El especialista explica que para hacer el diagnostico de las EII se necesita algo más que un buen interrogatorio y un examen físico.
Asegura que es necesario todo un equipo, dentro de estos aliados está el laboratorio, que permitirá encontrar alteraciones en el hemograma como anemia por pérdida de hierro, aumento de la proteína C reactiva (PCR).
Otros de los parámetros que se suelen encontrar alterado es la velocidad de eritrosedimentación, todo esto en ausencia de un examen parasitológico y cultivos de heces fecales negativos.
Bautista específica, además, que una prueba que en los últimos años está ayudando a establecer un mejor diagnóstico es la calprotectina fecal y la misma ha sido de gran ayuda para diferenciar si es una patología orgánica y funcional del intestino y posterior en el seguimiento de la actividad de la misma en pacientes ya diagnosticados.
Además de los antes mencionados, el gastroenterólogo destaca que existen otros métodos, entre ellos cita: la videoendoscopia, ya sea alta o baja, con videocápsulas para explorar el intestino delgado y la estereoscopia con doble balón para exploración, para la toma de biopsias o terapéutica como dilatación de estenosis en esta área.
“Con los estudios endoscópicos nosotros podremos tomar biopsias y esta muestra, analizada por un patólogo experimentado, nos podrá confirmar el diagnóstico, ya sea un Crohn o una colitis ulcerosa”, dice Bautista.
—1— Edad
La mayoría de las personas que contraen la enfermedad intestinal inflamatoria reciben el diagnóstico antes de cumplir 30 años. Sin embargo, algunas no la contraen hasta que cumplen 50 o 60 años.
—2— Alimentación
Las modificaciones en la dieta pueden tener un efecto beneficioso sobre los síntomas de la enfermedad.
Otras pruebas más profundas
Para tratar la enfermedad también hay otras pruebas que pueden ayudar con la estatificación de los pacientes, como las radiológicas, desde una simple radiografía de abdomen hasta una enteroresonancia como estudio más complejo y esto es de vital importancia, ya que antes de realizar estudios más profundos, como las videocápsulas, es necesario saber si el paciente tiene algún dato de estenosis (disminución de la luz del intestino), ya que de ser realizada y encontrar un obstáculo, la misma puede quedar en este y se tendría una emergencia, debido a que este instrumento tiene una batería de litio que le suministra energía para su trayecto por el intestino.
El galeno dijo que en el Cedimat se realizan todas las pruebas mencionadas para un correcto diagnóstico de las EII.