Existe una distinción entre democracia como idea social, y otra, aún más, que se expresa bastante bien en los tiempos de elecciones presidenciales; es decir, la democracia política, como sistema de gobierno.
La democracia política para cumplirse tiene que terminar en la celebración de las elecciones de sus autoridades a cargos electivos, impactando a toda la sociedad: la familia, la escuela, la industria; las instituciones gubernamentales se convierten en un canal de “procurar” hacer eficaz al proceso electoral.
Las divulgaciones que se hicieron del proceso electoral desde las juntas electorales fueron muy exactas, al grado que no habrá mucho que impugnar en el Tribunal Superior Electoral. La población reconoce a la Junta Central Electoral por su impecable desempeño en la organización de las elecciones.
Las quejas al proceso de votaciones, en el caso de que las haya, prácticamente serán muy pocas. Y como dije, esta elección ha sido valorada de positiva
. El dicho de que “la cura de los males de la democracia es más democracia”, ciertamente fue muy satisfactorio; lo acontecido en la gran comunidad política y electoral de la República Dominicana dejó bien parado al organismo electoral, ante la opinión internacional, y entre nosotros mismos.
Las legislaciones electorales en todo el mundo “no son perfectas”, tampoco la nuestra; en base a eso vale la pena forjar estas reflexiones, para alcanzar algunos ajustes, de ser necesario.
Después de los resultados en las elecciones de mayo 2024, fundamentalmente en el contexto de la comunicación política, que tiene como finalidad, el sufragio general, los representantes elegidos ahora serán un gobierno de la minoría, no una mayoría popular.
Este asunto no ha dependido de nuestra legislación electoral, sino de la democracia que han construidos los partidos políticos.
A pesar del buen resultado de las elecciones, se impone hacer reflexiones que sirvan como ajustes a la ley electoral, para mejorar.
Como es sabido, la maquinaria política es el primer problema de las elecciones, con todo y que los partidos políticos cuestionen cuando se autoproclaman “elecciones democráticas”.
Las elecciones tienen por finalidad el de establecer un gobierno de mayoría, pero eso no es lo que ocurrió.
A muchos les preocupó el método D`Hondt, una fórmula electoral que se aviene a ajustar una proporcionalidad en la designación de las circunscripciones plurinominales de la asignación de los candidatos que representan los partidos políticos, pero ahora pudo notarse que es insostenible cuando la circunscripción es pequeña.
Los expertos consultados indicaron que dicha fórmula electoral hace que el sistema electoral se convierta en un sistema mayoritario, penalizando a los partidos minoritarios. Dicha fórmula no está incluida en la Ley 20-23, Orgánica de la Junta Central Electoral.
Posiblemente esto sea así, entre las tres boletas, porque mucha gente no sabía cómo votar a la Cámara de Diputados. En algunas circunscripciones el voto a los senadores fue un voto de castigo, resultando en una gran cantidad de boletas nulas, apareciendo en blanco, como si fueran un voto de disgusto, o de candidatos desconocidos.
Las dificultades que muchos observaron en la forma que como había a que votar a los diputados.