Las drogas y los entrenadores

Las drogas y los entrenadores

Las drogas y los entrenadores

Hugo López Morrobel

¿Hasta cuándo seguirán mutilando o matando a muchos jovencitos dominicanos que buscan por todos los medios ser firmados por alguna organización de Grandes Ligas?

Se sabe muy poco de esos casos, porque hay un tremendo subregistro y silencio cómplice de todos los que están envueltos en esa práctica criminal.

Dos peloteros nativos de la provincia La Altagracia fallecieron después de que, de acuerdo a datos no oficiales, les inyectaron sustancias que se utilizan para mejorar el rendimiento de caballos de carrera.

Ese hecho quedó ahí, como si nada hubiese pasado, porque se da el caso que muchos padres, lo cual es una barbaridad, instan a los escuchas y entrenadores a que les suministren esas sustancias para que aceleren al máximo el desarrollo físico a más temprana edad.

En Nizao se denunció en 2011 la muerte de Pedro Manuel Matos (Juancito) y Alberto Valdez Cuevas, por la misma causa.

Sin embargo, todo quedó en el olvido, sin que las autoridades de Salud Pública ni la Justicia movieran un dedo.
Reitero que esos son los casos que se han denunciado, porque son muchos los que se tapan, porque son los mismos familiares los que “agitan” para que se les apliquen esos medicamentos mortales, ya que al parecer el dinero está por encima del bienestar de esos muchachos.

Pero, al parecer, el último caso ocurrido en noviembre pasado fue tan alarmante que dictaron tres meses de prisión preventiva al entrenador Daniel Rodríguez, alias Salomé, quien le habría inyectado una sustancia a un joven pelotero de Hato Mayor, el cual posteriormente tuvo que ser intervenido en un hospital en Santo Domingo, donde le fue amputada la pierna derecha. ¿Hasta cuando seguiremos soportando?



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