En los últimos años es usual escuchar a dirigentes de la “vieja guardia” del Partido de la Liberación Dominicana atribuirle a la “masificación” la culpa de todas las distorsiones que experimenta esa organización.
Afirman que la indisciplina y el irrespeto a los métodos partidarios se debe a que en los últimos años entraron como miembros muchos ciudadanos que no pasaron por la “rigurosa formación” que impuso Juan Bosch.
Incluso, algunos hasta analizaban diciendo que en esa “apertura” ingresaron muchos reformistas que trajeron las malas costumbres del partido de Balaguer.
Pues resulta que los peledeístas que hoy se tiran en público las cajas y los cajones asistieron a los círculos de estudios, fueron activistas, se llaman “discípulos de Bosch”, son “peledeístas ortodoxos” y cosas como esas.
Basta con ver el intercambio de palabras por las redes sociales entre los ortodoxos Franklin Almeyda y Reinaldo Pared Pérez, miembros del Comité Político peledeísta y representantes genuinos de “la vieja guardia”.
Las nuevas generaciones de peledeístas observan atónitos, pues los “ortodoxos” se han tirado las formas y salen a la calle a lavar la ropa.