Haz las cosas que te gustan. Sí, así de simple y directo. Parece obvio que todos hagamos aquello que nos gusta, pero a la hora de la verdad solemos posponerlo en aras de las responsabilidades que nos tocan. No arengo a que seas irresponsable sino a que equilibres y en tus prioridades siempre estén presentes aquellas cosas que te hacen feliz, te relajan, te motivan, te producen sensación de bienestar.
La vida por sí sola trae problemas y situaciones estresantes, si además en nuestro día a día todo son quehaceres y responsabilidades, llega un momento que eso pasa factura y, cuando vienes a darte cuenta, no hay en esas 24 horas algo que te saque de ese círculo y te haga sentir realmente bien.
Y normalmente solemos posponer esas cosas, no sé si por cierto sentimiento de culpa por estar “pasándola bien” con todo lo que uno tiene pendiente, o por el hecho de que nos formaron con un concepto trabajólico.
Las nuevas generaciones lo manejan de otra manera, tratan de equilibrar, aunque en ocasiones se van al extremo contrario, cero responsabilidades y no es eso tampoco.
Todo en la vida requiere de un equilibrio y es uno mismo el que tiene que encontrarlo. No llega solo, sino que hay que ser consciente, constante y armarlo en función de lo que uno quiere y necesita. No pudiera dar un porcentaje de cada cosa, pero desde luego estoy convencida de que aquello que me gusta hacer va ocupando más espacio en mi vida a medida que los años pasan.
Y eso me ayuda en mi salud mental y física, dejo espacio para esas responsabilidades que me tocan y trato de tomármelas como parte del proceso. Pero aquello que amo hacer va tomando la delantera. Y a ti, ¿qué te gusta hacer?