
Santo Domingo.- Los disturbios meteoro lógicos y climáticos que hoy ponen en alerta a las sociedades representan una oportunidad de reflexionar y planificar las ciudades y hacer de ella entornos más resilientes.
Para el arquitecto, Ángel Sosa Frías, una ciudad resiliente es aquella que tiene la capacidad de anticipar, resistir, adaptarse y recuperarse rápidamente frente a desastres naturales y otros impactos adversos como
las inundaciones, huracanes, terremotos y sequías, garantizando la continuidad de los servicios esenciales y el bienestar de sus habitantes.

“Uno de los principales desafíos urbanos, que tienen las metrópolis es ir trabajando la falta de planificación, ya que no cuentan con planes de ordenamiento territorial, ausencias de manejo de
uso de suelo y el incumplimiento de las normativas existentes”, comenta el exdirector del Instituto de
Urbanismo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
A su entender, lo ideal y para fortalecer la capacidad de respuesta frente a los desastres naturales
no es solo reconstruir lo destruido, sino reconstruir mejor (“build backbetter”), fortaleciendo las infraestructuras, las instituciones y la cohesión social.
Sostiene que las urbanizaciones desordenadas, como asentamientos informales en zonas vulnerables, cerca de las riberas o en la desembocadura de los ríos, dentro de las cañadas y la falta de infraestructura,
como el drenaje, redes eléctricas precarias y viviendas que no cumplen con las estructuras sismo resistentes necesitan ser adaptadas a las necesidades del presente.
Mapas de riesgos “Los países y ciudades que cuentan dentro de su estrategia la resiliencia urbana,
toman en cuenta la planificación territorial y la gestión del riesgo, a través de la creación de mapas de riesgo actualizados y zonificaciones urbanas que prohíban construir en áreas de alto riesgo.

De ahí que estas aplican el concepto de infraestructura verde y drenaje urbano sostenible a través
de la creación de parques inundables, techos verdes y pavimentos permeables, basadas en la aplicación rigurosa de las normativas y leyes para generar edificaciones resistentes a huracanes y terremotos.
Sosa Frías también recomienda que en área de la Administración pública, se gestionen protocolos claros para evacuación y comunicación, involucrando a las comunidades en las tomas de decisiones.
Resiliencia
— Gestión drenaje
En áreas como el Gran Santo Domingo, la resiliencia urbana implica integrar los instrumentos de la Ley
368-22 de Ordenamiento Territorial; reforestar riberas del Ozama e Isabela para reducir inundaciones, además de mejorar la gestión del drenaje y los sistemas de alerta en barrios vulnerables.