En nuestro país siempre la política es el eje fundamental por la que giran las cosas, la municipalidad no es la excepción, pues obviamente los cargos electos dependen de los partidos políticos y de sus intereses.
En nuestro pais está consagrado el derecho a la libre asociación en el artículo 47 de la Constitución dominicana, siempre que sea con fines lícitos y conforme a la ley.
Para irnos entendiendo, primero vamos a manejar el siguiente concepto llamado “la libertad de asociación” la cual consiste en la capacidad de las personas para formar agrupaciones estables y organizadas encaminadas al logro de fines determinados, que pueden ser religiosos, políticos, ambientales, deportivos, laborales, turísticos, educativos o de cualquier otra índole.
A partir del año 2005 en la República Dominicana, la formación y funcionamiento de las asociaciones sin fines de lucro (las ASFLs), comúnmente conocidas como organizaciones no gubernamentales (ONGs), están reguladas por la Ley No. 122-05 sobre la Regulación y Fomento de las Asociaciones sin Fines de Lucro, de fecha ocho (8) de abril del año dos mil cinco (2005) y su Reglamento de aplicación No. 40-08, de fecha dieciséis (16) de enero del año dos mil ocho (2008). Es en este marco regulatorio que se desenvuelven todas las asociaciones municipalistas existentes.
A medida que el sistema municipal fue avanzando, asimismo surgieron diferentes tipos de asociaciones municipalistas, muchas de ellas, para no decir casi todas, en momentos coyunturales que obedecieron a intereses políticos. Para el año 2001 surge la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu) la cual agrupa alcaldes y alcaldesas, que a su vez se agrupan previamente en asociaciones regionales, diez en total para ser más exactos.
Esta poderosa federación surgió ante la inoperancia, de aquel entonces, del órgano rector que se suponía era la Liga Municipal Dominicana y hoy convertida en un organismo técnico asesor de los ayuntamientos del país producto de la reforma del 2007.
De igual forma surgió la Federación Dominicana de Distritos Municipales años más tarde, con el propósito de defender los intereses colectivos de los directores (as) de distritos municipales.
A estas dos se sumaron las que agrupan los regidores conocida como Asociación Dominicana de Regidores (Asodore), la de los Vocales (Adova) y la de Mujeres Municipalistas (Unmundo).
Todos estos espacios muy necesarios que interactúan en la órbita municipal y que son parte fundamental para el buen desenvolvimiento de la municipalidad, son objeto de las apetencias políticas y partidarias cada vez que se aproximan las fechas de elección de sus directivas, tanto regionales como nacionales, convirtiéndose esta actividad en asuntos meramente políticos.
Tenemos aún muchos desafíos que enfrentar, aquellos que estamos envueltos en esta vorágine que surge cada dos años. El principal de ellos, es tratar de regular las asociaciones municipalistas bajo la nueva ley que regirá el sistema municipal dominicano.
Esto debido, a que actualmente se rigen por los protocolos que exige la ley 122-05 que nada tiene que ver con temas de carácter político-partidarios en donde por lo regular se imponen los consensos y los acuerdos.
*Por Víctor Feliz Solano