El Larimar es una variedad rara de pectolita, reconocible por su distintivo color azul, que varía desde un azul pálido hasta un azul profundo, a veces con vetas blancas o verdosas.
Esta gema fue descubierta en 1974 por Miguel Méndez y Norman Rilling en la provincia de Barahona, en el suroeste de la isla.
Durante su visita al Papa Francisco este lunes, el presidente Luis Abinader obsequió un rosario tallado con plata dominicana con cuentas de piedra de larimar, diseñado por la joyera dominicana Mónica Varela.
Abinader explicó a Su Santidad que esta piedra azul solo se encuentra en la parte suroeste de la República Dominicana.
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Méndez decidió nombrar la piedra en honor a su hija Larissa y al mar, combinando «Lari» y «mar», destacando así la conexión íntima de esta gema con el mar Caribe.
La singularidad del Larimar no solo radica en su belleza, sino también en su exclusividad geográfica. Hasta la fecha, no se ha encontrado Larimar en ninguna otra parte del mundo, lo que lo convierte en un tesoro nacional dominicano.
Las minas de Larimar se encuentran en lo alto de las montañas de la Sierra de Bahoruco, donde los mineros excavan túneles estrechos y profundos para extraer los preciosos nódulos de la roca.
El Larimar se ha convertido en un símbolo cultural y económico importante para la República Dominicana.
En el mercado de la joyería, es altamente valorado y buscado, especialmente por turistas que visitan la isla. Su popularidad ha llevado al desarrollo de una industria artesanal que produce una amplia variedad de joyas y objetos decorativos, brindando empleo y oportunidades económicas a muchas familias locales.
Además de su belleza estética, se le atribuyen propiedades curativas y espirituales. Se dice que el Larimar promueve la paz interior, la claridad mental y la comunicación efectiva, siendo especialmente valorado en la práctica de la meditación y otras disciplinas espirituales.
En resumen, el Larimar es más que una piedra preciosa; es un emblema de la riqueza natural y cultural de la República Dominicana, un verdadero regalo de la tierra y del mar que sigue fascinando y deleitando a quienes lo descubren.