SANTO DOMINGO.-La belleza del entorno matizada por la arboleda del lugar y las viviendas exquisitamente diseñadas, queda opacada y contrasta con el hedor pestilente y nauseabundo que impregna el lugar.

Justo en el centro del sector de Las Praderas yace la denominada laguna de la Guarocuya.

Los residentes dicen estar desesperados, ya que cada vez que acuden a las autoridades del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) son rebotados a la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) y viceversa.

“Nosotros como junta de vecinos hemos agotado todos los recursos con la CAASD y el ADN, ya se nos acaban las fuerzas y no nos explicamos porqué no resuelven”, afirmó María del Carmen, integrante de la directiva de la junta de vecinos. Piden una solución definitiva.