La violencia no es algo nuevo, puede explicarse y evitarse

La violencia no es algo nuevo, puede explicarse y evitarse

La violencia no es algo nuevo, puede explicarse y evitarse

*Por Milossis Liriano

Roberta Menchú Tum, líder indígena y activista guatemalteca, dijo: “La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz. Sabias palabras, en momentos donde vivimos de manera convulsa en la República Dominicana por los episodios de violencia que hemos vivido durante varios años y con tendencia al alza.

La violencia social, producto de los actos de un individuo o colectivo, no es algo nuevo, por tanto, puede explicarse y siendo explicable, puede evitarse. El concepto de violencia ha sido tratado de diferentes maneras, algunos autores analizan desde lo biológico, lo genético, lo innato, otras veces lo contextual, lo aprendido, el conflicto y el poder, otros, la dignidad humana.

Identificar sus orígenes para poder enfrentarla, significa comprender el fenómeno de manera radical y profunda, para buscar soluciones que, por ir a la raíz o a las causas del problema, sean más eficaces para resolverlo.

Para su comprensión no podemos alegremente apoyarnos en la referencialidad mediática o percepción de la población, sino, emprender una jornada de procesos que aborden el tema de la violencia de manera integral, sin dejar de lado ninguna arista, es entender las dinámicas a las que da lugar para poder abordarlas de manera eficaz y eficiente.

Si nos quedamos en análisis superficiales, o si vemos únicamente las consecuencias del fenómeno, no estaremos en condiciones viables y, sobre todo, sostenibles, de reducir la violencia que nos aqueja.

Lamentablemente en casi todas las sociedades la lucha contra la violencia, todavía se considera una tarea exclusivamente del gobierno, autoridades policiales y judiciales o personas con competencia en el tema, y no es del todo cierto, hacerle frente nos corresponde de manera individual y colectiva, sin dejar de lado, que en el gobierno descansa la responsabilidad mayor de buscar soluciones urgentes para mitigar este mal.

Si sobre los Derechos Humanos se fundamenta el planeta en el que queremos vivir, la violencia representa su principal amenaza, por tanto, debemos todos empujar para mermarla con pequeñas acciones.

La violencia social se alimenta de acciones a veces invisibles que podemos evitar. Vivimos rodeados en lo cotidiano de este mal que a todos nos afecta de manera indistinta, están normalizado que muchas veces no podemos percibir sus dimensiones reales, la vemos como algo natural y convivimos con ella.

Aportar un granito de arena, aceptando la corresponsabilidad de nuestros actos, evitar legitimarla y naturalizarla y mejorar nuestra forma de relacionarnos con otras personas, resulta un avance en esa dirección.

Al final, a lo que debemos aspirar es a la paz, por lo que pregunto ¿promovemos la paz en nuestro día a día con nuestras acciones o fomentamos la violencia de manera sutil consciente o inconsciente? valóralo tú mismo.

*Periodista y activista social



El Día

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