La vestimenta de la colonia en los hombres de los siglos XV y XVI

La vestimenta de la colonia en los hombres de los siglos XV y XVI

La vestimenta de la colonia en los hombres de los siglos XV y XVI

Vestimentas usadas para torneos y actividades al aire libre. Fotos César Langa Ferreira, de Historia del vestido por Albert Racinet

A medida que la tecnología militar avanzaba, la cota de malla comenzó a dar paso a la armadura, sin embargo, esta vestimenta militar, sumamente pesada, dio pie a que los infantes y soldados europeos, empezaran a llevar vestimentas más ligeras y con mayor movilidad.

Esta manera de vestir, se trasladó al nuevo mundo, junto con todas las costumbres de la metrópoli, a nuestra isla: La Española.

La vestimenta en clase alta en banquetes y ocasiones festivas.

A pesar de encontrarse en una región desconocida y calurosa, los andaluces, estaban acostumbrados al calor asfixiante del verano en sus tierras de España. No sucedía así con aquellos llegados de lugares, en donde el calor del verano, no era agobiante.

De acuerdo a Mathieu Coussy, escribano de la época, como vestimenta usaban ‘boquetons’ sin mangas, de color bermellón, rojo y verde, adornados con oro y penachos de colores a tono.

Por otro lado, el uso del cuero, junto con el hierro, marcó un periodo de transición que siguió a la cota de mallas y precedió a la armadura de placas.

Reglas de la época
Según las reglas de la época, debajo de la cota, se debía llevar un jubón, calzones y capucha blanca, bajo de la celada. Los caballeros en la vida civil llevaban sencillos casquetes llamados bicocoquets, debajo de grandes sombreros con el ala vuelta hacia arriba y decorada con grandes plumas. Sus vestidos largos iban abiertos por delante y arrastraban por el suelo. Llevaban mangas caídas, largas y abiertas en el hombro, para dejar ver debajo el jubón.

Sencillas prendas utilizadas por campesinos y gente del pueblo.

La población rural de esa época, iba vestida de manera decente y modesta. El labrador del siglo XV, poseía un sombrero de paja, cuya forma es una reminiscencia del chapeau a bec.

Una capa pequeña o sagulum, sobre la prenda exterior. Un delantal a modo de vestido, anudado a la espalda, ayudaba a sujetar los pantalones.

En la nobleza
Entre la nobleza, el manto iba alrededor del cuerpo y se doblaba sobre el brazo izquierdo, con una apertura a un lado y una pequeña capa de piel. También se utilizaban sobretodos con cuchillas en las mangas.

Durante una época, las mangas de las prendas exteriores, se hallaban frecuentemente, ceñidas por las muñecas.

También se usaban mantos forrados con armiño, con cuellos terminados en bandas de joyas y adornados con su blasón. Asimismo, se usaron los levitones, esta prenda reemplazo al manto.

También sobretodos con hombreras y mangas abiertas de puño. Se usaba una túnica larga, ataviada con piel, dejando ver el cuello alto y rojo de la casaca.

Las regias vestimentas de la nobleza.

Los llamados templetes, fueron utilizados tanto por los varones como por las damas.

Algunos estaban recubiertos con una especie de capucha, esta se hacía de un género grueso y cubría la cabeza, tanto por delante como por detrás.

Por delante, a veces caía un poco por encima de la frente, en otras ocasiones, la capucha simplemente bajaba por detrás de la cabeza. En último lugar, el templete se cubría a veces, con un turbante o una corona.

En memoria de César Iván Feris Iglesias.

Atuendo

— Corte de Carlos V,
En la corte de Carlos V, se utilizó un gorro ceñido y con pliegues. Un jubón de color, atado por detrás y unido a sus calzones. Sus zapatos eran en forma de polainas.

*Por MARÍA CRISTINA DE CARÍAS Y CÉSAR LANGA FERREIRA



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