La vergüenza de la ONU

La vergüenza de la ONU

La vergüenza de la ONU

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) se vio obligado a cerrar varios de sus programas de asistencia alimentaria en Haití por falta de recursos.

El anuncio del cierre de un programa que beneficiaba a 100 mil haitianos en pobreza extrema vino acompañado de un dato que desnuda la insensibilidad de la comunidad internacional frente a la tragedia haitiana y muestra su hipocresía cuando se refieren a República Dominicana: el PMA solo ha logrado recabar el 16 por ciento del financiamiento para los programas de asistencia alimentaria en Haití.

Son esas naciones que viven criticando y presionando a República Dominicana para que asuma el costo de salud, educación y alimentación de una parte importante de Haití.

Son esas mismas naciones que no aportan fondos suficientes para ayudar a alimentar a Haití las que han destinado decenas de miles de millones de dólares a la guerra en Ucrania.

Son esas mismas naciones las que quieren que República Dominicana abra sus hospitales de par en par a parturientas y pacientes que vienen de Haití a atender.

Ese dato del PMA preocupa porque la misma agencia advierte que en Haití puede producirse una hambruna y eso, no lo dicen ellos pero se sabe, tendrá consecuencias negativas sobre este país.

Pero además de preocupar, descubre la hipocresía de esos países que forman el concierto de la comunidad internacional y que, alguna vez, se hacían llamar “amigos de Haití”.

La Organización de las Naciones Unidas debe sentirse avergonzada por su desempeño frente a la crisis haitiana.
Aún la ONU está a tiempo de rectificar y enfocar sus esfuerzos a que países como Estados Unidos, Francia, Canadá o la Unión Europea como bloque dejen de estar ‘amagando’ o ‘cargando’ a República Dominicana, para que asuman su responsabilidad con la crisis haitiana.



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