La verdadera vida en este 2016

La verdadera vida en este 2016

La verdadera vida en este 2016

Mayra de Peña

En el inicio de este nuevo año damos gracias a Dios por todo y es que al dar una restrospectiva a lo vivido en este 2015, por no irme más allá,  solo tengo que postrarme ante Dios y agradecer cada uno de sus detalles y todo lo aprendido a través de las pruebas y momentos difíciles experimentados.
Agradezco porque cada segundo vivido ha valido la pena., he aprendido a aquilatar a gran escala la importancia de la salud, tanto espiritual como física, a valorar el entendimiento y la sabiduría y cada día pedirla a Dios, fuente de toda sabiduría , pues solo cuando nos aferramos a ella es que podemos entender lo prioritario y alcanzamos la felicidad.
No está en mi decirles donde esta la de cada uno, pues la misma radica en nuestro interior y como individuos que somos se torna diferente, teniendo claro  que nadie nos puede dar felicidad si no estamos abiertos a encontrarla.
Estamos conscientes de que el mundo se hace cada vez más difícil, los valores se han invertido y créanme los ahora puesto en vigor son claramente desmostrables que  distan mucho de darnos felicidad plena, y es que  lo que da fruto al ciento por ciento y perdurable,  ha sido sustituido por lo efímero pero no lo queremos ver; el colorido y brillo del mismo nubla el entendimiento de muchos, olvidando que de tanto creerse sabios se han hecho necios y la derrota es su galardón.
Hoy la familia está en estado agónico, hasta el concepto de quienes la conforman se ha distorcionado, hemos querido quitarle a Dios su sitial en la misma y vamos en picada hacia el caos existencial. Nos creemos dueño de todo, olvidando quien nos creó y que instituyó….muchos han elegido regir sus propias vidas negándose a creer que del polvo fuimos creado y a él volveremos y que darle la espalda al que nos dió soplo de vida nos descalifica para vivirla a plenitud y con carácter de eternidad ya que sin ese soplo nos hemos condenado a muerte.
Les invito en este nuevo año a reflexionar en torno a la vida, a ser ambiciosos cuando se trata de vivir a plenitud y con sabiduría, volverse a Dios y acogerse al Plan de Salvación a través de su hijo Jesús, pedirle a él que abra sus ojos para contemplar lo que realmente tiene valor, a crear metas junto a Jesús,  que todo lo puede, quien tiene la capacidad de mirar mucho más allá de nosotros.
Muchos cuestionan el porqué si Dios es tan grande deja que el mundo siga por este camino…, tengo para decirles que él nos ha dado libre albedrío para la toma de decisiones y nos legó unos estatutos y leyes, siendo estas el fundamento a que hacirnos para el bien vivir y en adición nos pronósticó lo que pasaría si no llevamos una vida de la mano con él, demostrándonos ser un Dios justo y fiel, pero hemos elegido no creerle.
Te animo a crearte nuevas metas, hacer de este 2016 un año de victoria con Cristo, un año de plenitud existencial, de ver lo grande y hermoso en lo simple, a entender que por más que el hombre quiera gloriarse nada a creado por si mismo porque todo tiene su cimiente en lo creado por Dios.
En lo que nos toca seamos proactivos en torno a cuidar de lo creado, focalicémonos en dar un paso adelante en hacerlo bien, un día a la vez, sin desmayar. Conozcamos a nuestro Dios, leamos su Palabra en la Biblia, convirtámonos en menos religiosos y más hijos de Dios, entre padre e hijo existe intimidad y conocimiento…no permita que te lo cuenten, vive la experiencia por ti mismo…,  entonces vivirás la verdadera vida!


Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.

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