Nada es lo que parece
Los sentidos son engañosos. No podemos basar una opinión en algo que sólo vimos, escuchamos y mucho menos aceptarlo totalmente. Más si hablamos de una sociedad como la dominicana donde la agenda oculta casi siempre está presente.
La imagen en cómo se quiere ser percibido o alguna conveniencia nos lleva a adoptar máscaras y no mostrar al verdadero ser.
Suele ser un juego peligroso vivir ante tantas identidades, caer al no soportar tantas máscaras o paliar ante cualquier adicción que se convierte en un barril sin fondo donde nos perdemos sin amor y sin dirección.