Por Felipe Carvajal de los Santos.
En una época signada por la incertidumbre ocasionada por la celeridad de los cambios de paradigmas en todos los ámbitos, esta reflexión pone sobre la mesa el papel constructivo que siempre han desempeñado las utopías a lo largo de la historia, en este caso haciendo inferencia al rol de la utopía connotativas en el terreno de la educación.
Para alcanzar el objetivo propuesto habrá que señalar la necesaria vinculación entre concepto y contexto, abordando las diversas miradas que se le puede dar a las utopías, señalando a su vez, que desde la arista de la educación se debe reconocer el rol de la utopía como de motor impulsor de proyectos de innovación en el ámbito educativo, como es el caso de los institutos especializados de educación superior.
En ese hilo lógico, la presente entrega se empeña en responder a la interrogante de ¿Cuál es el rol que juegan las utopías en el desarrollo de proyectos educativos? Conectado la misma con lo acontecido a partir de la Resolución 15-2023 del Consejo Nacional de Educación Superior CONESCyT, dependencia adscrita al Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCYT) que eleva la antigua EFEC a una IES. Partiendo del concepto de utopía, en este caso utopía educativa, para explicar el trayecto recorrido por la Escuela Nacional de Formación Electoral y del Estado Civil (EFEC), ahora convertida en Instituto Especializado Superior en Formación Política Electoral y del Estado Civil, (IESPEC), luego de agotar su ciclo vital con una fructífera trayectoria a lo largo de tres quinquenios, formando y capacitando a los colaboradores internos, partidos políticos, sociedad civil y ciudadanía en general, como lo establece la Ley 20-23 Orgánica del Régimen Electoral, en su artículo 339.
La utilidad de reflexionar sobre el concepto de utopía educativa, que proponemos para definir este salto dialectico institucional, de conversión de la antigua (EFEC) en Instituto especializado Superior en Formación Político electoral y del estado Civil (IESPEC), viene a propósito de un juicio de valor externado por una intelectual dominicana, quien expresara (con todo su derecho), en su momento con mucho pesimismo al referirse al tema, que pensar en una IES electoral, constituía una expresión de delirio académico, a propósito de valorar el primer esfuerzo fallido de la EFEC, que pretendía ya en el año 2016, alcanzar la categoría de instituto especializado superior.
Tomando como punto de partida el referido juicio de valor, la presente reflexión se orienta en abrirse a repensar en el rol llamado a jugar por las utopías como parte motora de la visión académica asumida por el actual pleno de la JCE y la comisión de acompañamiento que impulso y logró, esta hazaña educativa, utópica en su acepción connotativas de convertir a la EFEC en el IESPEC.
Para poner en contexto la presente reflexión, se puede señalar que, desde la década de los noventa del pasado siglo, instituciones como la CEPAL-UNESCO citada por Braslavsky (1992), comienzan el abordaje sobre los retos de la educación superior, con planteamientos en la ruta de trazar compromisos, sobre la necesidad de avanzar en la transformación productiva con equidad, urgiendo en el imperativo de búsqueda del nuevo rol que la educación debe jugar como contribución al desarrollo social.
La citada autora argumenta que, la vinculación de esta tendencia con el resurgimiento del humanismo, producirá un viraje significativo de paradigma, ya que se redignifica el papel de la educación, en función de su impacto directo en las personas, más que con la contribución potencial a la economía y la capacidad de aportar a la integración y cohesión social, que no dejan de ser importante.
Como bien plantea Rodrigo Jaramillo al conceptualizar sobre la utopía educativa, “Genéricamente al referirse al proyecto educativo, se considera una construcción de condición participativa, con pertinencia social e histórica, caracterizada por actos comunicativos. Podría decirse que con él comienza a tomar vuelo la tesis de la utopía, desde el momento que se piensa en su construcción, a la vez que se corrobora la ausencia reiterada de la participación en la mayoría de las prácticas educativas institucionales y territoriales”
Este proceso de conversión de la EFEC en una entidad especializada de educación superior deja como reto la necesidad de desaprender para reaprender, asumiendo el nuevo aprendizaje institucional colectivo, que desde el principio de legalidad establecido en el mandato de nuestra Carta Magna Artículo 63 que señala que: “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones”.
Como bien señala Kepowicz, en la actual etapa de posmodernidad caracterizada por una apuesta discursiva orientada en la búsqueda constante de la excelencia y calidad educativa, que hace énfasis en las necesarias reformas para la innovación educativa, lo cual nos retaba desde la EFEC a la construcción de un nuevo relato basado en un compromiso con lo colectivamente construido como deseable, atendiendo en nuestro caso, a las especificidades de una institución centenaria como la Junta Central Electoral, con sus competencias establecidas por nuestra Constitución y tomando en cuenta el contexto cambiante en que se desenvuelven los actores políticos y societarios, se hizo necesario adecuar la oferta institucional a las demandas cada día más complejas de los actores institucionales, políticos y ciudadanos, desde un instituto especializado en formación política electoral y del estado civil como el IESPEC.
Para asumir exitosamente el proceso de reconversión ya cristalizado en la resolución 15-2023 y sostener el sentido utópico connotativo de una nueva construcción institucional como el IESPEC, de manera estratégica el pleno de la JCE a la cabeza del arquitecto de esta conversión, Román Jáquez Liranzo, en su calidad presidente de la JCE y coordinador académico de la otrora EFEC, aprobó en el 2021, que todo el staff directivo cursara una maestría Internacional en Gestión Universitaria (MIGU), bajo convenio con la Universidad Alcalá de Henares de España.
El propósito de la capacitación en la maestría MIGU se orientó en dar respuesta a los requerimientos de la más alta preparación de los cuadros directivos y al consejo académico del futuro instituto especializado superior, siendo la única entidad educativa del país, que en el proceso de conversión ya contaba con todo el staff entrenado con las competencias para la gestión universitaria moderna. Con este Plus académico, la utopía consumada en la resolución15-2023 del MESCYT, estuvo precedida de la incorporación de las herramientas que permitirán a los directivos del IESPEC, gestionar los procesos y liderar tanto la transformación institucional, así como los retos y desafíos que conlleva el proceso de la globalización, la sociedad de la información y la competitividad.
La conversión de la EFEC en IESPEC, compromete a esta nueva institución en la promoción de la creatividad , el pensamiento crítico que permita desarrollar habilidades en las áreas de competencia de la formación Político Electoral y del Estado Civil, cimentado en los valores democráticos, que a su vez abre, una oferta académica que al tenor de la Resolución 15- 2023 del MESCYT, faculta al instituto superior especializado a” impartir programas y otorgar titulaciones con previa autorización del CONESCyT, en los niveles de Grado y Posgrado en el área de Política Electoral y del Estado Civil” lo cual constituye un espaldarazo a la elevación de la calidad de la democracia dominicana, que a su vez es una expresión de que este tipo de proyecto educativo conecta con el proyecto aspiracional de nación que debemos consolidar.
Como diría Antonio Machado a propósito de comprometerse en esta utopía educativa: «Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar».