El deporte dominicano se ha venido degradando lenta pero sostenidamente en las últimas décadas, producto de mal entendidos, agresiones, luchas por el control de millones de pesos del presupuesto nacional, la búsqueda por beneficiase de la adjudicación de obras, y muchas otros privilegios económicos.
En ese sentido, en el seno de esos organismos, se han generado “guerras de pandillas” muy bien organizadas, que nada les tienen que envidiar a los forajidos, que operan en nuestros barrios, colocando contra la pared a todos los ciudadanos decentes.
A todo esto hay que buscarle una salida armoniosa, sin la intervención de teóricos, que en el fondo no resuelven absolutamente nada, por el contrario, predican una cosa pero hacen otras diametralmente opuestas.
La delicada situación generada con la prensa por Luis Chanlatte, secretario general del Comité Olímpico Dominicano, no debe sorprender, aunque hay muchos que se están “rasgando” las vestiduras.
Y poco ha sucedido, esto es una “chilata”, porque no es desde ahora que muchos sectores de poder ligados al deporte, tanto en el ámbito profesional como aficionado, han venido cometiendo abusos en contra de periodistas.
Creo que Chanlatte, al llamar “ chismoso” al colega Julio Castro y a otros periodistas presentes en ese encuentro, se pasó de la raya, y no se pensó ni por un segundo, que provocaría la decidida y rotunda solidaridad de toda la prensa, incluyendo a la Asociación Dominicana de Diarios, en la persona de su presidente Persio Maldonado, y de Américo Celado, de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo, y también del Colegio de Periodistas.
Este respaldo podría dar a entender que hoy la clase periodísticas está más unida que nunca, porque en casos como ese y otros mucho más graves ocurrido en el pasado, nunca se había producido un mínimo apoyo de los colegas ni de los organismos que rigen esta abnegada profesión.
En lo adelante, la prensa en todas sus especialidades, debe mantener una unidad monolítica, para que los agresores mediten, una, dos, tres, cuatro… muchas veces, a quienes quieran o traten de maltratar de cualquier forma a uno de sus miembros.
Finalmente, creo que el caso Chanlatte, le ha hecho más bien que mal a la prensa en general.