Bruselas.-La Unión Europea ha reducido “drásticamente” su dependencia de los combustibles fósiles rusos, eliminando el carbón, recortando las importaciones de petróleo un 90 % y reduciendo las compras de gas hasta cerca de 40.000 millones de metros cúbicos (40 bcm) en 2023, frente a los 155 bcm de 2021.
“Nuestras acciones -como individuos y colectivamente- ayudaron a evitar el peor impacto de la guerra de (Vladímir) Putin contra Ucrania y la militarización de la energía”, declaró en rueda de prensa la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, al presentar el informe anual de la Unión de la Energía.
Pese al cambio de rumbo, la UE gastó 179.327 millones de euros en hidrocarburos rusos desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, según los cálculos del centro de pensamiento con sede en Helsinki Instituto para la Investigación en Aire Limpio (CREA).
“Puede que los peores efectos de la crisis ya hayan quedado atrás, pero no hay lugar para la complacencia”, apunta la Comisión en su informe, donde subraya que los mercados energéticos siguen siendo vulnerables.
El corte de gas
— Sanciones
El gas ruso no está sancionado por la Unión Europea y es Moscú la que ha ido cortando los suministros por tubería, pero incrementando las entregas de GNL, más caro porque implica procesos de licuefacción y transporte.