Las Grandes Ligas presenta una asombrosa caída colectiva a la ofensiva. Cuando la actual temporada se acerca al primer tercio no hay una actuación ofensiva que amenace ninguna actuación histórica y eso es preocupante para la televisión que es la que paga por ese espectáculo.

Antes de iniciar la actual campaña, la oficina del Comisionado, que dirige Rob Manfred, introdujo varios cambios en el juego buscando en la mayoría de los casos lograr una mejor ofensiva, que es la parte fundamental del espectáculo.

Recuerden que el béisbol creció bastante en los decenios de los años 90 y los primeros años de la era de los 00, cuando la ofensiva era la que comandaba, sobresaliendo una gran cantidad de cuadrangulares. Lamentablemente, esa época fue marcada por el uso de los esteroides.

En lo que va de temporada, la anémica ofensiva es tan pronunciada que apenas 13 jugadores alcanzan cifras dobles de jonrones, siendo el líder Pete Alonzo, de los Mets. En la Liga Americana, donde tradicionalmente más vuelacercas se conectan los líderes tienen 11 (Rafael Devers, Luis Robert y Brent Rooker).

En términos colectivos, el equipo líder de jonrones es Tampa Bay (una gran sorpresa), con 81. Les siguen los Dodgers (68), Bravos (64) y Gigantes (62).

Luego de Tampa, en la Liga Americana, le siguen los Yanquis (60), es decir, una diferencia de 21. En el bateo colectivo la situación también es crítica, ya que solo 13 equipos tienen promedio de .250 o más. La cantidad de ponches es bien elevada, ya que solo dos equipos no han llegado a los 300.

Uno de ellos es Cleveland, pero ha recibido 298. Ojalá que en lo adelante haya un urgente despertar ofensivo, porque el béisbol lo necesita.