La trivialidad distrae
El tiempo es único y lineal y pasa sin importar a si lo dedicamos a cosas trascendentes o triviales. Corresponde a cada quien determinar en qué lo invierte.
El término importancia también es relativo pues varía de persona en persona, o de época en época.
Por tanto, dejamos constancia de que cuando nos referimos a asuntos importantes nos ubicamos en el tiempo actual, en República Dominicana y el contexto geopolítico contemporáneo.
Vemos a muchos grupos y personas dedicando tiempo y esfuerzos en asuntos intracendentes, ocupando también la atención de otros que quieren priorizar lo importante.
Vivimos una constante lucha contra lo insustancial, que con frecuencia parece imponerse.
Los medios de comunicación y las plataformas modernas son un almacen de intracendencia, de banalidad y, peor aún, de falsedades.
Resulta impresionante cómo a partir de una mentira o una imprecisión generamos debates nacionales, ocupamos el tiempo de atención de la población y nos distraemos del trabajo por el desarrollo integral de las personas, tanto en lo material como en lo cultural.
Muchos dominicanos parece que tienen una fascinación enfermiza por lo insustancial y molestan a los que prefieren lo trascendente.
Que la sociedad del espectáculo no nos distraiga porque entonces, cuando el tiempo pase raya, lamentarse será la única opción.
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