La tragedia de San Cristóbal

La tragedia de San Cristóbal

La tragedia de San Cristóbal

Un juguete chamuscado quedó en medio de la sala de la casa de una de las familias víctimas de la terrible explosión que provocó más de diez muertos y decenas de heridos en San Cristóbal.

El pueblo dominicano llora esta terrible tragedia junto a las familias de los muertos, heridos y aquellos que perdieron todas sus posesiones familiares materiales.

La explosión sorprendió al laborioso pueblo de San Cristóbal, que en principio miraba con curiosidad lo que ocurría hasta caer en la cuenta de que se trataba de un episodio tétrico que quedará marcado en el sentir de todos los dominicanos.

Podemos contar cientos de historias humanas, pero no alcanzarán las palabras para describir el sufrir de las víctimas y sus familiares.

Sólo queda mitigar el dolor poniéndonos al lado de ellos, que se sientan respaldados, que vean que no están solos en su dolor.
Ahora viene la fase de investigar qué pasó para evitar que vuelva ocurrir.
Lastimosamente, explosiones como estas hemos tenido en el pasado reciente.

Son más frecuentes de lo aceptable.
Hay realidades impuestas como el crecimiento poblacional, que obliga a un replanteo del uso de suelo.

Industrias que antes quedaban lejos de los asentamientos urbanos, hoy están en el centro de los mismos.
El crecimiento urbanístico obliga a reconsiderar la ubicación de ciertos tipos de industrias que han sido alcanzadas por los asentamientos humanos.

Nueva vez lloramos con desconsuelo una tragedia producida por una explosión de una industria ubicada en zonas con gran desarrollo poblacional.

Hay que hacer lo posible por reducir riesgos y asumir la seguridad industrial como cosa seria y no algo opcional o coyuntural.



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