La Torre del Homenaje, única en el continente, está situada dentro del perímetro de la llamada Fortaleza de Santo Domingo.
Este fue el edificio más significativo de todo el periodo medieval en Europa, marcando generalmente, la ocupación de un territorio. Las poblaciones por lo general se iban desarrollando cerca de la torre defensiva.
En Santo Domingo, esta edificación marca la transición del pensamiento gótico medieval al humanista renacentista.
La Torre, primera construcción en materiales permanentes, mandada a fabricar por Frey Nicolás de Ovando, fue levantada con sillares de piedra coralina, de la zona de Santa Bárbara. Consta de tres niveles, siendo el último una terraza descubierta.
Está protegida totalmente por almenas, a la manera medieval, en donde el vano sirve para disparar, al tiempo que está diseñada para la defensa.
Las aspilleras, practicadas en los tres niveles, son estrechos huecos al exterior para impedir la entrada de proyectiles, muestran amplios lados en el interior, para facilitar los disparos de las ballestas. Cada nivel de la Torre es sostenido por una bóveda de entrepiso.
Como desde la parte superior se tiene un dominio del territorio circundante, esto obligó a que, a mediados del siglo XVl se hiciera detener la construcción de la exenta torre campanario de la catedral, debido a que interrumpía visualmente el dominio del entorno, desde la fortaleza y permitía un posible ataque, desde la altura de la misma.
Construida por esclavos
La mano de obra empleada en la construcción de la Torre fue la de esclavos, probablemente moros africanos, venidos desde Sevilla en la flota de carabelas que trajo consigo el gobernador Frey Nicolás de Ovando.
Esta Torre del Homenaje o de Avanzada fue una de las primeras edificaciones levantadas, según el pensamiento gótico. Situada en el punto geográfico mas estratégico de la nueva topografía urbana, en el punto más alto de la rivera occidental, mirando hacia la ría o desembocadura del río Ozama.
El lugar de entrada de todas las naves que procedían del continente europeo primero y después de los diferentes puntos de América. Mas tarde se iniciaron las obras de las construcciones aledañas, algunas adosadas a la misma Torre. Destinadas a albergar allí a la tropa, los aposentos del comandante de la plaza, despachos, cocinas, almacenes, depósitos, aljibes y letrinas. Desde allí ejerció sus funciones el nuevo gobernador Ovando.
Alrededor del patio
Las construcciones se desarrollaron alrededor de un patio central, desde donde se tenía una clara visión de todo lo que sucedía en la ría y en los niveles más bajos de la topografía.
Esto exigió que, para fines de una verdadera defensa de la fortaleza y la ciudad misma, se tuvieran que construir nuevos fortines en diversos niveles horizontales, hasta alcanzar el nivel del río.
Estuvieron dedicados fundamentalmente al ataque de barcos enemigos que intentasen penetrar por el Ozama.
Los distintos niveles verticales fueron unidos mediante rampas que permitían el rodaje de cañones y municiones, de uno a otro nivel, hasta llegar a la plataforma de tiro unida al fuerte Invencible hoy en día, en la parte trasera del Hostal Nicolás de Ovando y al fuerte de San Diego, cuyas ruinas fueron puestas en valor durante los trabajos de restauración del complejo militar, en los años setenta del pasado siglo veinte.
Esta serie de niveles defensivos produjeron una línea continua de protección a bajo nivel, desde el río. En el nivel superior se produjeron los lienzos de murallas.
La obra inicial de la Torre y sus dependencias se atribuye al maestro de obra Juan de Rabeé, quien documentalmente aparece trabajando en las obras hacia 1505.
Durante la época del rey Carlos lll, en el siglo XVlll, se produjeron dos obras monumentales en la fortaleza de Santo Domingo: la primera, la emblemática puerta de acceso a la plaza militar.
Esta puerta es una de las pocas manifestaciones barrocas en al arquitectura de la ciudad. Inspirada en el arco de triunfo romano.
Esta puerta presenta un vano rectangular con dintel de piedras de sillería, estas funcionan como dovelas; en el lado interior tiene forma de arco de medio punto. La platabanda tiene una placa con la leyenda de la dedicación de la obra y fecha de construcción.
La rodean dos enormes pilastras que sostienen un entablamento con arquitrabe, friso y cornisa de líneas rectas que se proyectan en diferentes planos.
A ambos lados del portal existen volutas que otorgan escala y sentido de movimiento al conjunto, típico del barroco.
A ambos lados de la puerta, en el interior, existen edificaciones dedicadas a albergar el personal militar de defensa de la plaza.
La segunda gran obra fue el polvorín o Santa Bárbara, entre la Torre y el fuerte de Santiago. Se trata de una recia construcción en piedra con muros de más de un metro de anchura, para guardar la pólvora y los pertrechos militares.
Sus ocupantes
La Torre albergó a gobernadores y funcionarios, incluyendo a Gonzalo Fernández de Oviedo, quien escribió “La historia natural y general de Indias”, allí en la Fortaleza, documento fundamental para entender el proceso de conquista y colonización del territorio americano.
Al ser cronista del rey, todos los exploradores, descubridores y conquistadores tenían por obligación que obtener los correspondientes permisos y rendir cuenta de lo encontrado y obtenido en sus viajes.
Morada alternativa
—1— Primer virrey
Allí también vivieron el primer virrey de América, don Diego Colón y su esposa doña María de Toledo, trasladándose luego, a la casa del Cordón.
—2— Razones
Ambos la habitaron mientras se les construía su palacio, que resulta ser una de las más emblemáticas construcciones del nuevo continente descubierto.
AUTORES
MARÍA CRISTINA DE CARÍAS, CÉSAR IVÁN FERIS IGLESIAS y CÉSAR LANGA FERREIRA