Existen diversos tipos de sistemas de riego tecnificado; los más usados son el riego por goteo y el riego por aspersión.
Santo Domingo .-El agua es uno de los recursos más preciados en la agricultura, y su manejo eficiente es clave para incrementar la productividad agrícola, especialmente en zonas con escasez de ese liquido.
No obstante, a pesar de la importancia de la misma, apenas el 10 por ciento de las tierras agrícolas sembradas en el país utiliza sistema de riego moderno o tecnificado, afirmó Claudio Caamaño, director ejecutivo de la Comisión de Fomento a la Tecnificación del Sistema Nacional de Riego.
En la mayoría de los campos, los agricultores inundan las tierras, lo que provoca que el 80 % del agua que se emplea se pierda en el proceso. “Ese desperdicio de agua afecta la productividad y aumenta los costos para los agricultores», apuntó Caamaño al resaltar que no sólo se pierde agua, sino que también los fertilizantes se diluyen y acaban en los ríos o en el subsuelo, causando contaminación y pérdida de nutrientes esenciales para los cultivos.
“Esto no sólo daña el medio ambiente, sino que también genera pérdidas económicas para los productores, haciendo que la actividad sea menos atractiva con el tiempo», argumentó a EL DÍA.
Además, señaló que la región del Cibao, con especial atención en las provincias de Montecristi y Valverde, son las áreas con mayor estrés hídrico.
En ese sentido, Caamaño dijo que para revertir eso, la mejor forma es invertir en tecnificación de riego, la cual asegura no es nueva, ya que lleva años aplicándose en el país, pero la mayoría de los productores dominicanos no se han motivado a hacer la transición por no invertir en ella.
Detalló que el costo promedio de tecnificar una tarea de riego ronda los RD$30,000, lo que implica que un pequeño productor con 30 tareas necesitaría una inversión cercana al millón de pesos. Este desembolso inicial representa una barrera importante para muchos pequeños y medianos productores.
En este sentido, el funcionario plantea la necesidad de crear facilidades económicas para que los pequeños y medianos agricultores puedan acceder a esta tecnología, ya que la inversión inicial es uno de los principales obstáculos.
Incentivo a actualización
Entre los incentivos propuestos por Caamaño se encuentra la reducción de las tasas de interés en los préstamos otorgados para facilitar el acceso al financiamiento, así como la implementación de un sistema de bonos para incentivar la tecnificación del riego.
Estos bonos funcionarían como un apoyo no reembolsable que cubriría una parte significativa de la inversión inicial, lo que permitiría a los agricultores tecnificar sus tierras sin asumir el costo total.
Caamaño destacó que la aplicación de esta tecnología incrementaría la productividad agrícola, reduciría los costos operativos a largo plazo y mejoraría la calidad de los productos.
En cultivos como el plátano y el banano, la tecnificación puede duplicar o incluso triplicar el rendimiento, lo que se traduce en mayores ingresos para los productores.
Eficiencia del agua
Caamaño subrayó que se han propuesto una serie de incentivos para fomentar la adopción de sistemas de riego tecnificado, una medida clave para mejorar la eficiencia en el uso del agua en el sector agrícola.
De los cinco millones de hectáreas de tierra utilizadas para la producción, sólo alrededor de 500 mil tareas están bajo riego tecnificado, señaló Caamaño indicando que quienes utilizan esta técnica son principalmente medianos y grandes productores.
“La idea es, a través de políticas públicas, fomentar la masificación del riego tecnificado en nuestro país, ya que este sistema no sólo ayuda a ahorrar agua, sino que también incrementa la productividad, es decir, la cantidad de productos obtenidos por superficie de terreno”, explicó.
Otra de las barreras para la adopción de estos sistemas es la falta de conocimientos técnicos entre los productores y aseveró que están ofreciendo programas de capacitación gratuita para que los agricultores aprendan a manejar estos sistemas.
Apoyo
—1— Asistencia
El Banco Agrícola comenzó a ofrecer facilidades crediticias, con tasas de interés de un 8 % y plazos de hasta seis años, dijo Caamaño al señalar que esa facilidad ha ayudado a acelerar el proceso de tecnificación de riego.