Ese mágico momento de éxtasis y plenitud en el que aunque no te mire, lo que expresas resuena en placer, en un instante único que desencadena alegría.
Es por eso que cada emoción vivida al comunicarnos en palabras nos expresa, a los que escuchamos, lo que estás viviendo. Y si el momento no es grato, la sonrisa se transforma muchas veces en un rictus.
Escuchando esa energía que te produce felicidad puedo vivir a la vez un momento único y especial que me llena de curiosidad por saber qué te produce ese estallido de dicha.