El drama que desnuda el coronavirus en el mundo es la necesidad de la solidaridad para contener la propagación de esta letal enfermedad.
El distanciamiento social, sin embargo, representa la mejor manera de demostrar que aún existe amistad y aferro a la vida, ya que constituye la forma vital para que la raza humana no persiste en el dolor propio de esa epidemia, que además del sufrimiento humano provocará una contracción en el ámbito económico de difícil recuperación por los próximos años.
Organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina visualizan que solo por la vía de la cooperación multilateral se podría contener este virus que tiene un lastre de más de 71 mil personas y más de 1.2 millones de infectados.
La realidad, a largo y corto plazo, se pinta de una crudeza de gran envergadura que ya comienza a preocupar a los líderes mundiales.
Pago de deudas
La mira de los organismos multilaterales está puesta en la necesidad de evitar las presiones que ahora tienen los países vulnerables, principalmente en América Latina, ante la obligatoriedad del pago de las deudas internas ante la recesión global que viene fruto de los efectos del coronavirus.
Argentina, por un caso más inmediato, anunció el lunes que posterga para 2021 el pago de 100 mil millones de dólares, mientras que se impulsa que otros países empobrecidos de la región reclaman ante las entidades crediticias cierto nivel de posibilidad de impagos hasta que la situación se normalice.
