La adolescencia se ha definido como un proceso de transición entre la infancia y la edad adulta. Periodo de cambio y de crecimiento en el cual la persona todavía presenta inmadurez física, psicológica, social y sexual; por lo que, necesita de guía principalmente de sus padres, que con frecuencia se angustian al no saber como accionar.
La adolescencia es una etapa en la cual la persona está trabajando en las necesidades de ser autónoma e independiente.
La persona adolescente se está redefiniendo, siendo responsabilidad de los padres o tutores apoyarlos en este proceso.
Estos jóvenes están en un dilema entre lo social y lo familiar, entre el bombardeo de información inadecuada por parte de los medios y los valores aprendidos.
Es importante que los padres de adolescentes se empoderen en términos de reforzar la afectividad, transmitir las informaciones sexuales adecuadas a sus hijos, trabajar en la espiritualidad, la moral, responsabilidad sociofamiliar e individual, conversar con sencillez y delicadeza de áreas de la sexualidad como la afectividad, la intimidad sexual, el coito, las infecciones de transmisión sexual, los anticonceptivos, comportamientos de riesgo.
Siempre desde el amor y comprensión. Desarrollar vínculos saludables con los hijos, establecer balances entre lo social y lo familiar, establecer límites fluidos, la complicidad entre progenitores, son elementos imprescindibles para que ese joven tenga un desarrollo psicosocial y sexual y estabilidad emocional que le permitan enfrentar esta etapa con mayor conciencia y con cierta responsabilidad.
Esto podría redundar en el retardo de la vida sexual activa y el cuidado al iniciarla.