La sequía y el cuatrerismo son desafíos de ganaderos fronterizos

La sequía y el cuatrerismo son desafíos de ganaderos fronterizos

La sequía y el cuatrerismo son desafíos de ganaderos fronterizos

La entidad considera que lo más recomendable es otorgar subsidios focalizados a los consumidores.

DAJABÓN.-La sequía cíclica y el cuatrerismo en la zona fronteriza se han convertido en un dolor de cabeza para los ganaderos dominicanos.

Deben trasladarse de un extremo a otro en busca de zonas con agua y pasto para no dejar morir las reses y poder sostener la producción de leche, que es en la mayoría de sus casos, un negocio familiar.

El problema es que mientras trasladan, suelen perder de vista algunas de las reses y en ese interín, los cuatreros las desvían hacia Haití.

Los corrales suelen estar cerca de cuarteles para prevenir.

“Esto es a la buena de Dios —dice Yadier Bueno, un joven agrónomo de 23 años mientras ordeña una de sus vacas—, ayer se me quedó la vaca que más produce y no aparece. Es la primera vez que me pasa, pero de verdad que no sé como voy a reaccionar, porque ese animal está valorado entre setenta y ochenta mil pesos”.

Su compañero, Roberto Mercado, explica que el traslado suelen realizarlo desde Carbonera, en Montecristi, hasta la zona de Sánchez, en Dajabón. “Pero ya tu sabes que eso es uno arriesgando la vida en esos matorrales porque eso está muy cerca de Haití”.

Mercado indicó que si bien las sequías se esperan cada año, en ocasiones golpean con más fuerza de lo acostumbrado y que son muchas las reses que mueren. “Si construyen ese canal de aquel lado, en el río Masacre, se acaba la agricultura y la ganadería aquí. Ahora mismo vas a l río y lo que ves es un hilo de agua”.

Agrega que en ocasiones, se roban las vacas por detrás aún con cuarteles cerca. “Ahora son los becerros que se están robando, ya me llevaron tres la semana pasada y las vacas que se quedan atrás también se las llevan”.

En conjunto criticaron la falta de protección y de apoyo de parte de las autoridades, al declarar que en caso de que puedan identificar en Haití, el animal que ha sido sustraído, tienen que estar dispuestos a pelear para poder recuperarlo.

El traslado de las vacas es un tema de todos los días.

Duro estilo de vida
La jornada de trabajo para Yadier, nuestro agrónomo previamente citado, inicia a las siete de la mañana.

Ordena las vacas, ordeña a las que les corresponde e inicia con el traslado hasta zonas donde hay hojas para comer.

Las deja en manos de empleados a eso de las nueve de la mañana y retorna al medio día, después de comer, para iniciar con el retorno y retener la leche producida en horas de la mañana. Yadier es agrónomo técnico y estudiante de ingeniería en ese mismo oficio, pero no ejerce como tal.

“Cuando vas a una empresa privada te piden experiencia laboral y ¿cómo uno que está recién salido va a tener experiencia?”. La otra es en el Estado, que no hay apoyo, a la novia le digo que se espere que no hay fuerza para casarse”.

Explica que tampoco ha podido conseguir trabajo en el Estado porque “aunque soy miembro del Partido Revolucionario Moderno (PRM), eso no es seguro y si me involucro en política y descuido las vacas se me mueren”.

En cambio, ha empezado a sopesar con seriedad el salir del país. “Yo no pensaba así hasta hace poco, pero la verdad es que no creo que pueda aguantar, yo creo me iré del país”, dice.
A pesar de lo anterior, se mantiene estudiando jueves, viernes y sábado en la Universidad Católica del Cibao, donde ya es estudiante de término.

La producción
En un día una vaca recién parida puede producir unos 25 litros de leche.
Cada litro se vende a los intermediarios a 24 pesos.

Para que el animal se deje ordeñar sin dar problemas, deben darle mientras dura el proceso un alimento especial a base de maíz y melaza. Cada saco de 100 libras cuesta RD$1,000.00.

Las catorce vacas de Yadier consumen uno de estos sacos todos los días.
Por lo que los trecientos y tantos litros de leche que producen sus animales todos los días y que equivalen a poco más de ocho mil pesos, deben ser repartidos entre dueños, empleados, el gasto en combustible y la compra del alimento por lo que, según sus cálculos, cada día se gana unos 400 pesos.

“La mayoría de las cosas han cambiado, un saco de alimento a base de maíz y melaza costaba 500 pesos ahora cuesta cerca de los 1,000 pesos por facilidades comerciales debido a que vendemos la leche allá mismo.

Es un abuso”, declara Bueno. La ganadería es una de las principales actividades productivas de la zona, están agrupados en pequeñas asociaciones y contabilizan unas 12,000 cabezas en el área de Dajabón.



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