Todavía es muy temprano para saber el alcance que tendrá la designación de 2020 como “Año de la Consolidación de la Seguridad Alimentaria”, que acaba de hacer, mediante decreto, el Poder Ejecutivo.
Con anterioridad ya las autoridades del Banco Central plantearon el camino promisorio que tendrá la economía del país, independientemente de la permanente pérdida del poder adquisitivo del peso dominicano ante el alza del dólar.
Habrá, desde hoy, muchos analistas sociales y economistas, dedicados a buscar las partidas económicas, los nichos y políticas sociales que, desde el presupuesto del Estado, servirán para apuntalar las iniciativas que darán sustento a los objetivos del gobierno para consolidar la seguridad alimentaria en el país. Un propósito que se tambalea, tomando en cuenta el sueldo irrisorio que recibe la inmensa mayoría de los trabajadores y empleados dominicanos.
El bautizo de “Año de la Consolidación de la Seguridad Alimentaria” abarcará solo los meses que le quedan a la administración del presidente Medina desde enero hasta el 16 de agosto.
Tiempo quizá suficiente para ver de manera concreta los avances logrados en ese periodo, tomando en cuenta que servirá para destinar una parte significativa del actual presupuesto para esos fines.
