Gonzalo Castillo ha logrado sobrellevar la primera gran embestida que se le presentó luego de ser electo candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana, pero aun le faltan muchas.
La renuncia de Leonel Fernández del PLD puso a ese partido y a su candidato en desventaja frente al candidato del Partido Revolucionario Moderno.
Sin embargo, en los últimos días ha logrado detener la caída que le provocaron esos eventos.
Al candidato peledeísta se le nota enfocado en su campaña y en cohesionar a los simpatizantes del partido morado en torno a su candidatura.
Pero acciones de otros dentro de su propio partido le desvían el curso de su campaña.
Al parecer Gonzalo tendrá que extender lo de “sangre nueva” a su equipo de campaña o a los que fungen como voceros.
Enemigos ajenos
Gonzalo Castillo tiene el reto de no heredar enemigos de otros, ni malquerencias ajenas. Para pasar satisfactoriamente la prueba de esta campaña está en la necesidad de sumar y multiplicar.
Abinader se ha levantado como un sólido puntero en las encuestas y de paso ha amarrado apoyo por adelantado para una eventual segunda vuelta. Gonzalo Castillo tiene poco margen para el error, por lo que también debe cuidar de que otros no los cometan.
