La reforma policial y sus tiempos

La reforma policial y sus tiempos

La reforma policial y sus tiempos

Nassef Perdomo Cordero, abogado.

Los acontecimientos de las últimas semanas han impreso velocidad a un proceso de reforma policial que había sido anunciado hace tiempo. Al margen de las buenas intenciones, que no pongo en duda, creo importante detenerse un momento a aquilatar el problema de los tiempos que exige la reforma.

No es verdad ahora, no lo fue nunca ni lo será en el futuro, que la Policía Nacional pueda reformarse en un período de gobierno, ni en dos.

Los problemas de la Policía son profundos y deben solucionarse removiéndola internamente sin dejar caer sus responsabilidades respecto de la seguridad ciudadana. Eso no es fácil. Por el contrario, es extraordinariamente difícil, y requiere del concurso de toda la nación.

Esto implica que no debe ser usada para escarceos políticos, ni por la oposición ni por el partido de gobierno. Las responsabilidades por el desorden están demasiado repartidas y lo mismo ocurrirá con el precio de otro fracaso, algo que no podemos permitirnos.

Los dominicanos necesitamos una policía confiable. Para lograrlo tendremos que cambiar muchas cosas, y discutirlo todo, pero entre todos. Será necesaria también mucha paciencia, y la madurez para no caer en recriminaciones estériles.

Todo esto quizás sea más importante que los aspectos técnicos, que siempre necesitarán adaptarse a la realidad local. Sin un cuerpo social unido en el propósito de reformarla, poco podrá hacerse para mover a la Policía de las tradiciones en las que se encuentra encallada.

En pocas palabras: por muy pronto que se empiece, el fin no está cerca porque es un proceso largo. Podemos decir que se trata del maratón proverbial que puede tomarnos más de una década. Por ello, una necesaria demostración de liderazgo es la generosidad mutua de los adversarios. Ojalá la ofrezcan.



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