La pregunta al revés

La pregunta al revés

La pregunta al revés

Hace pocos días reproduje en esta columna un interesante trabajo en el cual su autor planteaba la pregunta de qué mundo les dejaremos a nuestros hijos.

 Un acucioso lector me formula, en respuesta, la misma pregunta, pero al revés: ¿Qué hijos le dejaremos a nuestro mundo?

En efecto, Rafael Oscar Santana Lora me escribe, con lógica de tango argentino, lo siguiente:

”Según el lingüista Justo Fernández López, el cambalache es el trueque de cosas de poco valor, un trueque de fruslerías, su uso tiene sentido despectivo.

 El trueque se hace con afán de ganancia y suele ser malicioso, de ahí el sentido despectivo.

En sentido figurado y despectivo se usa mucho para designar acuerdos o negocios que se hacen en el ámbito político o administrativo y que tienen componentes censurables o incluso ilegales (componendas, chanchullos).

El significado despectivo de cambalache lo expresa muy bien la letra del tango del mismo nombre, compuesto por Enrique Santos Discépolo en 1934 en alusión a las inmoralidades del siglo XX. A pesar de ser cantada por figuras de la talla de Carlos Gardel, Julio Iglesias y Joan Manuel Serrat, la difusión ha sido pobre.

Entre otras cosas comienza diciendo ‘El mundo fue y será una porquería ya lo sé, en el 506 y en el 2000 también’.

“Si se publica el texto completo se verá que su vigencia excede no solo al siglo XX, sino que todos los siglos arrastrarán las mismas maldades modernizadas. Por ello no te angusties pensando qué mundo heredarán tus hijos, ya que eso no lo puedes cambiar, mejor preocupémonos y ocupémonos por saber qué hijos le dejarás a este mundo, que es tu verdadera tarea para un mundo mejor”.



El Día

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