La posverdad toma de “rehenes” a los medios y a liderazgos del país

La posverdad toma de “rehenes” a los medios y a liderazgos del país

La posverdad toma de “rehenes” a los medios y a liderazgos del país

Santo Domingo.-Aunque la génesis del concepto posverdad se sitúa a mediados del siglo XX, el mismo se ha redituado en el mundo, sorprendiendo a muchos medios de comunicación, hacedores de opinión pública y los liderazgos nacionales e internacionales.

De hecho se considera que la posverdad, una conceptualización a través de la cual las cuestiones vinculadas a las emociones crean una percepción más verosímil que las que provienen de hechos objetivos, ha tomado de “rehenes” a los medios de comunicación y los liderazgos, especialmente en la esfera política, incluyendo a la República Dominicana.

En el caso dominicano, el tema ha tomado interés luego de un artículo publicado por el periódico español El País, que señala: “El Diccionario Oxford ha entronizado un neologismo como palabra del año y como nueva incorporación enciclopédica.

Se trata de la post-truth o de la posverdad, un híbrido bastante ambiguo cuyo significado denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”.

El primero de los diarios de la prensa escrita en abordar este fenómeno mediático fue EL DÍA, en un artículo de opinión difundido la semana pasada.

Sin embargo, ningún líder político, empresarial ni social se ha referido al mismo, a pesar de su impacto en la construcción de percepciones respecto a la realidad política social, económica y política.

Lo anterior evidencia que la temática ha sorprendido al liderazgo nacional, limitándose el abordaje a unos pocos hacedores de opinión pública.

Nada novedoso

Desde antes de la mitad del siglo XX, aunque sin que se nombrase como posverdad, el concepto fue utilizado por políticos y cientistas sociales de Europa y Norteamérica.

En la dirección anterior, Joseph Goebbels, político alemán y Ministro de Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich, afirmaba que “una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad”; y agregaba que “más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil”.

Mientras que el filósofo y teórico de la comunicación canadiense Marshall McLugan dijo que “un punto de vista puede ser peligroso cuando sustituye a la inteligencia y la comprensión”.

Sostuvo, además, que “los medios de comunicación existen para invertir en nuestras vidas con percepciones artificiales y valores arbitrarios”.

En ambos casos se evidencia que las emociones juegan un rol protagónico en lograr que los hechos objetivos influyan menos en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal.

Facebook alerta

La red social Facebook, consciente de que los contenidos publicados podrían ser falsos o sujetos de manipulación, dispuso de una serie de medidas preventivas.

Facebook modificó el algoritmo que clasifica el orden de las publicaciones que aparece en el News Feed. Así, la red social dará mayor importancia a contenidos “auténticos” y desterrando los mensajes falsos, sensacionalistas y “spam”.

Incluyó, asimismo, la clasificación de las páginas que comparten con frecuencia mensajes no auténticos, como noticias falsas y titulares que no ofrecen información, solo una forma de captar más visitas o que sus publicaciones se ocultan a menudo.

Casos dominicanos

En el ámbito internacional, los ejemplos de este año acerca de la posverdad han girado, mayormente, en torno al presidente estadounidense Donald Trump, quien se ha quejado de que los principales medios de su país han creado percepciones falsas.

En tanto que en la República Dominicana, figuras prominentes como el presidente Danilo Medina y los ex mandatarios Leonel Fernández e Hipólito Mejía habrán se seguir manejándose en medio de construcciones emocionales, no necesariamente reales, vinculadas al ejercicio del poder y de la actividad política.

Hace apenas dos semanas que Medina tuvo que salir personalmente al frente de la versión de que su antiguo asesor de ‘marketing’ político, Joao Santana, habría sido financiado por la constructora brasileña Odebrecht para costear su campaña electoral.

A pesar de no existir argumentos sostenibles que pudieran demostrarlo, muchas personas afirmaron que una versión que se publicó en un diario nacional estaba revestida de verdad casi absoluta.

En tanto que Fernández también tuvo que salir, hace cuatro años, al frente a una avalancha de opinión pública, a partir de unas declaraciones del narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo de que le había dado RD$200 millones para su campaña electoral.

Emotividad Vs. objetividad

En esa ocasión, los hechos emotivos tuvieron más influencia de los objetivos.

Mientras que ahora Mejía, que ya tuvo que hacer una comparecencia en televisión para desligarse del pago de los sobornos que habrían pagado ejecutivos de Odebrecht para la asignación de obras en la República Dominicana, probablemente tenga que volver hacerlo ante otro señalamiento respecto a la construcción del Mercado de Abasto de Santo Domingo.

En todos esos casos, en principio, las subjetividades producto de las emociones ganaron bastante terreno en la opinión pública del país.



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