La Junta Central Electoral ha utilizado la política de puertas abiertas. Es decir, tener contacto permanente con los partidos.
Así lo ha venido haciendo desde que fue aprobada la Ley de Partidos, que obliga a ese organismo a tener un papel protagónico en los procesos internos de estas organizaciones.
Igual apertura exhibe con su interés en lograr la mayor confianza posible en torno al uso de la tecnología que sería puesta a pruebas para el voto automatizado. La Junta ha premiado el diálogo.