Mucha gente esperaba el discurso de Danilo, en una actitud morbosa, para saber cuáles funcionarios del Gobierno iban a ser destituidos y a quiénes se pondría en su lugar.
Pero había otros temas más importantes y delicados que tratar y así lo entendió el Presidente, como todos los ciudadanos sensatos.
A mi humilde entender, el tema de la Barrick Gold era la papa caliente en la agenda de Danilo, por los grandes intereses envueltos y la magnitud de las operaciones que implica, aparte de que una enorme porción de la opinión pública demandaba una rápida acción en beneficio del país.
No lo pudo manejar mejor el Presidente. Su lenguaje fue claro, preciso y concordante, como dicen los abogados.
No son palabras textuales, pero más o menos lo que el Mandatario le dijo a la minera fue que nos sentamos a renegociar o te pongo un impuesto. Así de simple.
Pero no se crea que ahí terminará la cosa.
Hay que esperar alguna reacción. Mientras tanto, las primeras manifestaciones populares indican claramente que en este primer round, el pueblo está unido con Danilo, y viceversa.