La Página Económica

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La Página Económica

Frederich E. Bergés

Pasar la página de un gobierno al nuevo implica ver muchas facetas, entre las cuales comentamos hoy la de los aspectos económicos. La construcción de esta visión del futuro proviene de varias fuentes, desde los anuncios programáticos preelectorales, hasta los nombramientos, actos protocolares y las primeras iniciativas de las nuevas autoridades.

La primera tiene que ver con nuestro comercio exterior, donde las señales inequívocas son de un acercamiento marcado hacia los Estados Unidos de Norteamérica y un mayor distanciamiento de la República Popular China.

Desde aquella famosa llamada del canciller Pompeo hasta su visita reciente el día de la toma de posesión, no hay dudas de la confianza depositada sobre estas renovadas relacionadas entre nuestros países.

La segunda se refiere al endeudamiento, cual estigma del gobierno anterior, no tanto por el hecho en sí de deber, sino por la calidad del destino de los recursos, donde una porción significativa se destinó al subsidio eléctrico, evitando con ello alterar los precios al público consumidor.

La otra inconformidad ha sido la pulcritud y costos del destino objetivo de la deuda, donde se obviaron las cuasi controladas deudas con multilaterales en favor de acudir al mercado de bonos, caracterizado por la relativa ausencia de controles en su utilización. Bajo las actuales circunstancias no se podrá obviar nuevos endeudamientos.

La tercera página es la del creciente déficit fiscal, donde la marcada caída de ingresos públicos frente a los crecientes gastos sociales para mantener a flote la economía en medio de esta pandemia del Covid, aun no se visualiza hasta donde llegará. Mientras que el virus que nos amenaza a todos no esté bajo control y superado, no habrá la real reactivación económica que restaurará empleos de calidad, ingresos fiscales crecientes, y un reordenamiento del gasto público.

Hay varias otras páginas, como el aumentado gasto social, que ha creado toda una nueva capa social de dependientes públicos, hasta el manejo cada vez más precario del déficit de la balanza cambiaria.

No obstante, es deber de todos unir esfuerzos para que pasar la página gubernamental sea para el bien del país, y no sólo del grupo dominante en la conducción de la cosa pública.



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