La orden de captura contra Putin ¿te recuerda algo?

La orden de captura contra Putin ¿te recuerda algo?

La orden de captura contra Putin ¿te recuerda algo?

La orden de captura del presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, que ha sido dada por una corte internacional por alegados crímenes de lesa humanidad se parece en el fondo a lo que iba a ocurrir con Fidel Castro en el 2008 ¿Se repetirá la historia? ¿Se Intentará apresar a Putin en un viaje al extranjero como se quiso hacer con el líder cubano 15 años atrás?

Ocurrió en el interregno del año 2008. Los servicios de inteligencia del gobierno de Cuba detectaron una trama para capturar y enjuiciar a Fidel Castro en uno de los viajes que éste diera al extranjero. Según la trama, se iba a invitar a Castro a dictar una conferencia fuera de Cuba, lo que se aprovecharía para su apresamiento.

Ya se había sentado el precedente con el apresamiento en Londres, Inglaterra, del dictador chileno Augusto Pinochet. El hecho era que si la ley internacional permitía apresar a un ex gobernante de derecha ¿por qué no se podía hacer lo mismo con el dirigente socialista cubano Fidel Castro?

Al enterarse del referido plan, la seguridad de Castro trazó una estrategia dirigida a garantizar el retorno de su líder a Cuba ¿vivo o muerto? Lo primero era que el intento de apresamiento de Fidel implicaría ipso facto una declaración de guerra al país donde éste fuera apresado.

La situación contra Castro ocurrió en medio del tráfago de la beligerancia surgida a raíz de la lucha entre las grandes potencias mundiales. La situación política internacional era tensa –casi como ocurre ahora que se habla incluso de una Tercera Guerra Mundial- y la vida de la humanidad transcurría en medio de la incertidumbre que creó la Guerra Fría, caracterizada entonces por la beligerancia ideológica, política, económica, financiera y militar que libran países del campo democrático (Estados Unidos y sus aliados) y los del bloque socialista (la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas -URSS- ahora Federación de Rusia) China, Vietnam, Corea del Norte y Cuba, entre otros).

En esa oportunidad el problema era con Castro, hoy es con Putin ¿qué ha cambiado desde entonces en el panorama geopolítico internacional?

Corte entra en acción

Actualmente, la Federación de Rusia, cuyo presidente es Vladimir Putin, libra una guerra o un operativo especial contra su vecina Ucrania, otrora integrante de la URSS. Con la caída del campo socialista una serie de naciones que eran parte de ese bloque comenzaron a independizarse y Ucrania fue una de ellas. Rusia libra ahora una guerra con Ucrania que goza del apoyo de Estados Unidos y la Organización del Atlántico Norte (OTAN) o sea, de Europa. Como guerra al fin, se registran bajas lamentables de bando y bando, pero según nos reportan los medios de países occidentales, los rusos han estado destruyendo a ese país, mientras matan a su población civil, incluyendo niños y mujeres.

Ante tan deplorables hechos, se ha creado un movimiento de opinión pública que reclama el enjuiciamiento del presidente de Rusia por ser, según se ha alegado, el principal responsable de la masacre.

En ese sentido, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de captura en contra del presidente Putin, a quien condenó –en ausencia y sin derecho a defensa- “por el delito de deportación de niños de tierras ucranianas ocupadas por Rusia”. Al estar emitida esta orden el mandatario no podrá viajar a los 123 países que forman parte de la Corte internacional, ya que podría ser detenido, y otros Estados que no necesariamente son parte, también podrían decidir entregarlo”, apuntan despachos de prensa.

La pregunta que surge ante la decisión de esta Corte es ¿qué país asumirá esta tremenda responsabilidad de apresar al presidente de una de las naciones militarmente hablando más poderosa de la tierra? Otra interrogante que surgiría sería ¿cómo reaccionaría la Federación de Rusia ante esta potencial posibilidad? ¿Lo acataría y ya, o trataría de salvar la dignidad y la soberanía de esa nación?

El caso Fidel Castro

La agencia de noticias española EFE emitió en el año 2008 un despacho de prensa en el que informaba que un tribunal internacional conocido como la Audiencia Nacional, una jurisdicción jurídica creada en España, podía enjuiciar al líder revolucionario cubano Fidel Castro bajo la acusación de genocidio, crímenes contra la humanidad, torturas y terrorismo.

La Audiencia Nacional había desestimado acusaciones anteriores contra Castro aduciendo que éste era un jefe de Estado y no podía ser enjuiciado porque estaba protegido por la justicia internacional mientras estuviera ocupando la posición de Jefe de Estado. Se dijo en aquel momento que “con su retirada –Castro había traspasado el poder a su hermano Raúl-el líder cubano pierde la inmunidad que le otorgaba su cargo”.

La acusación contra Castro la había hecho un denominado Comité de Ayuda a la Disidencia 2506 que se presumía integrado por exiliados cubanos que tenían el auxilio de Estados Unidos y naciones europeas contrarias al socialismo y el comunismo.

Había precedentes de apresamiento y enjuiciamiento de ex mandatarios bajo la acusación de cometer crímenes de lesa humanidad. Ahí está el caso del ex jefe de Estado de Latinoamérica, el dictador chileno Augusto Pinochet, quien fue detenido por orden del juez de la Audiencia Nacional Baltazar Garzón en Londres.

La crónica de EFE relata que Pinochet “había viajado a la capital inglesa para someterse a una operación quirúrgica y donde permaneció dieciséis meses bajo arresto, aunque no llegó a ser entregado a España y volvió a su país”.

Para la época se rumoreó que realmente el interés estaba centrado en el apresamiento de Castro, pero que se armó esta urdimbre como una especie de pantomima con Pinochet para que no se vea como algo solo dirigido al líder revolucionario cubano, sino que la Audiencia del juez Garzón la emprendería contra todos los dictadores.

“En el caso de Castro, la Audiencia Nacional ha rechazado hasta en tres ocasiones las querellas presentadas contra él, la última de ellas el pasado 13 de diciembre, cuando el pleno de la sala de lo penal acordó no tramitar la que el Comité de Ayuda a la Disidencia 2506 (CAD) había presentado contra el presidente cubano por genocidio, crímenes contra la humanidad, torturas y terrorismo”, precisó el despacho de prensa.

Pero según señalaron expertos “como el abogado Manuel Ollé, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDH) y que ejerce la acusación popular en los sumarios que se siguen en este tribunal por los crímenes contra la humanidad cometidos por las dictaduras militares en Chile y Argentina”, la decisión de Fidel Castro “de no optar a su reelección como jefe de Estado cubano abre la posibilidad de su enjuiciamiento en la Audiencia Nacional, que en los últimos años ha rechazado varias querellas contra él por la inmunidad que, según el derecho internacional, le otorgaba ese cargo”.

Ya antes de que se conociera esta decisión, los servicios de inteligencia del gobierno cubano tenían un fardo de informaciones fruto de sus propias investigaciones, en el sentido de que no importaba lo que apruebe o no la Audiencia del juez Garzón sobre el apresamiento de Castro, en razón de que ya estaba dada la orden de captura y de que esto ocurra en algún país del mundo.

La trama

La idea era, según las pesquisas que manejaban los cubanos, invitar a Fidel Castro a dictar una conferencia en alguna nación europea o de Latinoamérica para que en el marco de la disertación se procediera a detener al líder socialista.

Ante tan apremiante situación, los organismos de seguridad de Cuba montaron una estrategia que consistió en declarar la guerra y entablar combate en el país donde Castro fuera apresado. El dato lo reveló luego uno de los escoltas de Fidel que conoció a fondo estos preparativos, ya que formó parte de ellos, pero que luego pasó a la disidencia en contra de la revolución cubana y desertó a Estados Unidos.

Este personaje hizo la advertencia como forma de prevenir cualquier intento de capturar a Castro fuera del territorio cubano, en vista de las consecuencias que eso acarrearía. Según éste ex agente de los servicios de seguridad cubano y parte activa de la escolta que acompañaba a Fidel en sus viajes al exterior, la inteligencia del país caribeño había preparado una especie de comando especial –de la cual formó parte-que se encargaría de defender a Castro en caso de un intento de apresamiento en el exterior.

Según lo narrado por éste, la orden que tenía el equipo de seguridad que protegía a Fidel Castro cuando viajaba al exterior era la de regresar al mandatario “vivo o muerto” a la tierra de Cuba.

Este comando había sido entrenado para entrar en combate inmediatamente se presente la situación de apresamiento del líder de la revolución socialista. Según lo revelado, la seguridad de Castro estaba preparada para iniciar la operación y declarar “un estado de guerra” en contra del país donde ocurriera este hecho. Se había establecido que los miembros del circuito de la seguridad de Fidel comenzaran a disparar contra los presentes. En ese momento, la misión, la prioridad de éstos miembros del comando era tomar a Fidel y abrirse paso a tiros hacia el vehículo que ya un miembro del equipo tendría listo para arrancar hacia el aeropuerto. En el ínterin, se le avisaba mediante un código al piloto del avión en que viajaba el mandatario para que estuviera listo para emprender vuelo. En el trayecto el comando tenía instrucciones de disparar contra cualquier blanco civil o militar que se le interpusiera mientras avanzaba en el trayecto hacia la terminal aérea.

Quiso Dios que nunca ocurriera porque ahora formará parte de una página negra de la historia de la lucha política en América Latina y el Caribe.

Ahora se presenta un caso parecido con el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, y la interrogante que surge es cómo reaccionaría el equipo de seguridad del mandatario ruso ante una situación similar, partiendo del hecho de que Cuba es apenas una pequeña nación del Caribe que, aunque con hombres de mucho valor que emulan a José Martí, Máximo Gómez, Antonio Maceo, Calixto García, José Maceo, Serafín Sánchez, Juan Bruno Zayas y Guillermón Moncada, entre otros, Rusia es, nada más y nada menos, que una potencia de gran poderío militar nuclear.

Es mejor ni pensar en una situación como esa. Dios nos guarde.

*El autor es periodista



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