La OPEP ante el auge del shale estadounidense

La OPEP ante el auge del shale estadounidense

La OPEP ante el auge del shale estadounidense

Nueva York.-La de la OPEP no es la única hegemonía energética vigente, hace décadas que está subvirtiendo el shale estadounidense.

Vendedores de gas natural licuado desde Qatar hasta Malasia, que durante años dominaron las ventas de gas a Asia, enfrentan la perspectiva de que crezcan las exportaciones de Estados Unidos. Si bien menos de 30 cargueros estadounidenses atracaron en Asia, su efecto se sintió incluso antes que llegaran.

En 2016, el comercio de GNL registró su mayor aumento en cinco años, la duración de los contratos bajó a la mitad en el último decenio y los precios al contado cayeron más de 60 por ciento en los últimos tres años.

Todo esto implica que los titanes globales del GNL, reunidos esta semana enTokio para Gastech, se encuentran en el medio de la transformación más importante desde que se fundó la industria en los sesenta.

Así como llega cada vez más crudo estadounidense a Asia, el mercado petrolero más grande del mundo, la floreciente armada de cargueros de gas provenientes de Estados Unidos y otros países está perforando el sistema financiero que pone los fondos para las plantas de miles de millones de dólares de la industria.

“A medida que aumentan las exportaciones de Estados Unidos, veremos una flexibilidad cada vez mayor y más gente que intenta comprar y comerciar volúmenes.

Los viejos modelos de contratos estables a largo plazo tendrán que cambiar”, dijo Zhi Xin Chong, analista de gas de Wood Mackenzie Ltd. en Singapur.

“Ya vimos el impacto que tuvo el GNL estadounidense en las tendencias de los contratos, y habrá más flexibilidad en cuanto a los destinos”.

Sistema sencillo

Desde los sesenta, cuando proyectos en Argelia y Alaska comenzaron a enfriar gas natural a temperaturas más bajas que el lado oscuro de la Luna, el comercio de GNL era tan sencillo como compleja la ingeniería de la industria.

Las empresas de energía tomaban muchos préstamos para desarrollar campos de gas y construir plantas de licuación, y para pagar la deuda firmaban contratos de décadas de duración con concesionarias de energía eléctrica que compraban el combustible a una fracción del precio del petróleo.

Ahora que el fracking está bajando los costos de producción, los exportadores estadounidenses fijan el precio del GNL basados en las operaciones de gas natural en Henry Hub, Luisiana.

También están eliminando las restricciones de destinos que exigen que los barcos lleguen a un puerto específico, algo que se incluía en la mayoría de los contratos anteriores, lo cual implica que los operadores pueden comprar cargas y revenderlas al mercado que más las necesite.

Las plantas de Estados Unidos ayudarán a elevar la capacidad de producción global a 407 millones de toneladas por año para 2020, en comparación a una demanda proyectada de unos 274 millones de toneladas, según Bloomberg New Energy Finance.

La caída de los precios y la oferta abundante perjudicaron a los productores tradicionales y dificultaron a las empresas el lanzamiento de nuevos proyectos. También crearon oportunidades para los vendedores de GNL, dijo Peter Coleman, director administrativo de Woodside Petroleum Ltd., una exportadora australiana.

Cuatro países comenzaron a importar GNL en 2016, con lo cual el total de importadores llegó a 39, y las operaciones al contado crecieron hasta llegar al 18 por ciento del mercado, según el International Group of LNG Importers.

“Los proveedores tienen una oportunidad maravillosa de crear nuevos mercados”, dijo Coleman en entrevista con Bloomberg TV la semana pasada.

“No sólo en el uso convencional del GNL, sino también en usos nuevos, en particular respecto al transporte”.



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