El Día 
Los historiadores, los teólogos y los científicos discuten ahora si Jesucristo nació un día 25 de diciembre o en otra fecha, y si su cuna fue realmente el pesebre de Belén o alguna otra de las docenas de ciudades y pueblos que se disputan esa distinción.
Para mí, la discusión carece de importancia, porque lo que importa no es el origen de una persona (sea hija de Dios o del frutero de la esquina), sino el legado que deja a la humanidad.
Mientras se dilucidan las cuestiones de la fecha y el lugar de nacimiento de Jesucristo, las religiones cristianas acogen el 25 de diciembre como bueno y válido para recordar el acontecimiento, y con tal motivo se llevan a cabo en todo el mundo determinados rituales que todos conocemos.
En cuanto al legado dejado por Jesucristo, aunque no soy un estudioso de su vida, su pasión ni su muerte, como quisiera serlo, me atrevo a sugerir que dicho legado consiste en la exaltación de valores humanos como la justicia, la bondad, la verdad, la responsabilidad y la humildad.
La oportunidad es propicia para reflexionar sobre este planteamiento. Como EL DÍA no circulará mañana, les dejo el tema como tarea, entre festividad y festividad.
