La muerte de Clyde Snow

La muerte de Clyde Snow

La muerte de Clyde Snow

Clyde Snow, el antropólogo forense norteamericano que desde 1979 dedicó su vida exclusivamente a la actividad forense y a su aplicación a la investigación de violaciones de derechos humanos, ha muerto.

Las organizaciones de investigación forense de América Latina, con las que colaboró por más de 30 años, le escribieron notas de despedida y agradecimientos por la triste noticia de su deceso, acaecido el pasado 16 de mayo (2014), en horas de la madrugada.

Las familias de personas desaparecidas y asesinadas en conflictos alrededor del mundo encontraron en Snow la posibilidad de una investigación forense independiente.

En particular, en Argentina, donde, gracias a él fue creado el primer Equipo Internacional de Antropólogos Forenses (EAAF), en 1984, a iniciativa de las Madres de Plaza de Mayo; posteriormente, y debido al éxito de ese grupo, llevó a la creación de uno similar en Guatemala, en 1991. Recordemos los estragos de las dictaduras en Centroamérica.

Padre auténtico de la antropología forense moderna, originario de Fort Worth, Texas, nació un 7 de enero de 1928; trabajó en las investigaciones de grandes casos, como el asesinato del presidente John F. Kennedy, el faraón Tutankamón o de víctimas como la de Josef Mengele.

No fue ajeno a la guerra de Abril de 1965, pero no ocurrió nada que le involucrara con nuestra problemática antropológica-política.

Sea el caso que sea, él hubiera aportado pruebas a la Justicia, en caso de haber venido a investigar un proceso.

Fue toda una personalidad. Programó que el análisis de los huesos podía servir para trabajar el tema de los desaparecidos y “destruyó lo que hasta entonces todos pensábamos que había sido un crimen perfecto”.

En Chicago trabajó en el caso del famoso asesino en serie John Wayne Gacy, donde descubrieron 33 esqueletos enterrados debajo de su casa; también su equipo examinó los huesos del doctor Mengele, en Brasil.

El caso más importante de su carrera fue el de Irak.

En la década de 1990 conformó un equipo con argentinos, guatemaltecos y chilenos y fueron a Irak para realizar exhumaciones de pueblos.

Muchos pobladores habían sido asesinados por las fuerzas de seguridad de Saddam.
Clyde Snow fue un científico comprometido con la lucha y que, con su saber, realizó un aporte fundamental para la identificación de los hijos e hijas y nietos desaparecidos de nuestros pueblos. Adiós, querido maestro.



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