El peso mexicano se ha debilitado 11 por ciento contra el dólar en los últimos seis meses en el marco de una liquidación de las monedas de los mercados emergentes alimentada por la caída de los precios del petróleo y la perspectiva de tasas más altas en los Estados Unidos.
En el pasado, la debilidad de la moneda mexicana impulsaba la inflación al encarecer las importaciones.
La diferencia entre los rendimientos de los bonos en pesos vinculados a la inflación con vencimiento en junio de 2016 y la deuda de tasa fija de similar vencimiento, conocida como la tasa de inflación de equilibrio, se ha reducido luego de llegar en septiembre a 3,69 por ciento, el mayor nivel en un año.