La misma cantaleta

La misma cantaleta

<P>La misma cantaleta</P>

Estoy consciente de que mucha gente dirá, cada vez que retomo el tema de la libertad de expresión: “Ahí viene éste con la misma cantaleta”. Muchos pensarán que estoy sangrando por la herida, que me estoy aprovechando de este espacio para defender algo que sólo nos interesa a mí y a los de mi clase, a los periodistas. No se dan cuenta de que la libertad de expresión es de todos y que, sin ella, viviríamos probablemente bajo una dictadura. Por eso, a todos nos toca vigilarla y protegerla contra viento y marea.
La exclusión de la frase “información veraz” del texto constitucional fue, sin duda, un triunfo de los cultores de la libertad, porque detrás de esas engañosas palabras se vislumbra la inaceptable censura previa.
Además, hasta nos obligaría a no publicar las informaciones emanadas del propio Gobierno, hasta que se verifique que son absolutamente veraces… y ¿quién tendrá en su fuero el don de determinar cuál es la verdad absoluta?
Pero no nos hagamos ilusiones. La derrota de la “información veraz” no significa que todos los peligros han pasado. Faltan todavía por ser muertos y sepultados los proyectos del diputado Crisóstomo, contra la Ley de Libre Acceso a la Información Pública, y de la senadora Santana, que obligaría a los medios de comunicación a ceder espacios para publicar mensajes elaborados por el Gobierno.
Como éstos, seguirán surgiendo proyectos y más proyectos para limitar el flujo de la información libre, para que la gente no se entere de las cosas mal hechas que se producen en el sector oficial. Es por ello que todos, periodistas o no, debemos unirnos contra intentonas de este tipo, que, si logran tener éxito, nos van a tapar la boca y no vamos ni siquiera a poder defendernos.
¿No es esa una buena razón para volver con la misma cantaleta?



El Día

Periódico independiente.

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