Una de las razones del descrédito de muchos gremios profesionales del país reside en que sus dirigentes desconocen la razón de ser de este tipo de entidades. Se manejan a base de clientelismo o defendiendo conductas impropias de alguno que otro de sus asociados.
Ocurre en casi todos los gremios profesionales, sin importar la tendencia política a la que pertenezca su dirigencia.
El más reciente caso es el escándalo que se incuba en la Jurisdicción Inmobiliaria del Poder Judicial, en el que se han detectado numerosas acciones dolosas.
Lo que hasta ahora se ha visto es solamente la punta del iceberg. Entre casi todos los casos hay envuelto al menos un agrimensor, que no puede alegar ignorancia, por un ser técnico calificado.
Una asociación de agrimensores ha intentado que se le eche agua al vino, pero como parece no podrá lograrlo, entonces han empezado a pregonar supuestas campañas contra los agrimensores.
Lo que debiera hacer esa asociación es reclamarle al Codia que se sume a las investigaciones que hace la Inspectoría del Consejo del Poder Judicial y solicitar la cancelación del exequátur a todos los profesionales involucrados. Esto debe ser extensivo al Colegio de Abogados.
Los serios
Los agrimensores que ejercen sus funciones con dignidad y el personal de la Jurisdicción Inmobiliaria debieran dejar sus temores o silencio cómplice para reclamar que separen la maleza del trigo, pues eso de andar en el lodo sin ensuciarse es difícil de explicar a los demás, aunque se logre hacerlo.