La mayor certeza

La mayor certeza

La mayor certeza

Lady Reyes, editora de Vida y Estilo, periódico El Día.

Vivimos en tiempos diferentes, con una mezcla un poco confusa de personas que se mueven por los vientos del interés, el beneficio propio y el individualismo.

Lamentablemente no exagero al decir esto, pues, sin importar cuántos enarbolen que sus decisiones y acciones tienen como motor el “bien común”, una gran mayoría utiliza este disfraz para encubrir los verdaderos deseos de fortuna que alimentan sus egos.

No soy tan joven ni tan vieja, pero en mi caminar, la vida y las personas me han enseñado que la única certeza es la que habita en mí y la única pasión es la que nace de mi corazón, pues veo, con pesar, cómo vamos perdiendo la confianza en los demás y cómo los intereses van ganando terreno sobre la honestidad, respeto e integridad.

Confieso que hablo y escribo mucho sobre este tema y lo hago porque, como persona y ciudadana, me preocupa lo que ha sido el mayor logro de nuestra clase política: la compra de conciencia y la impunidad.

Sorprende ver cómo políticos, comunicadores, empresarios y demás hierbas del pasto dominicano hablan y se venden como los más honorables entre los honorables, como si no tuvieran ojos para ver más allá de los espejismos que han construido ni nariz para oler la podredumbre que se desprende de su entorno.

Aunque la esperanza no me ha abandonado, pues es lo último que debemos perder, me pregunto hasta cuándo dejaremos de comprar los pajaritos en el aire que nos venden; hasta cuándo seguiremos pensando que no hay problema siempre y cuando la tormenta no toque mi puerta.

Si seguimos haciéndonos de la vista gorda… el lodo nos ensuciará tarde o temprano, sin importar si participamos o no.



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